martes. 16.04.2024

 

Mari Carmen Monterrubio es la actual gerente de Distribuidora Balear de Uniformes, una empresa histórica ya en el polígono de Son Castelló y que se encuentra en plena fase de crecimiento. Ella representa el relevo generacional de una empresa familiar al cien por cien.


- ¿Cuál es el momento actual de la empresa?

-Somos una empresa familiar que fundaron mis padres y en la cual ahora hace 10 años que estoy al frente. Es cierto que estudié otra profesión ya que soy ingeniera de caminos y trabajé en obra pública, pero con la crisis y la jubilación de mis padres decidí tomar las riendas del negocio también para que no se perdiera todo el trabajo hecho durante décadas.

Empecé en la empresa con tres personas trabajando y ahora somos ya siete. Estamos en un momento de crecimiento y seguimos dándonos a conocer entre nueva clientela que nos descubre cada día. También vivimos un momento de incertidumbre con muchos peligros como la venta on line. En el fondo nuestros clientes valoran por encima de todo un trato personalizado ya que saben que nos adaptamos a sus necesidades.

Nosotros no somos fabricantes, pero sí que nos hemos diferenciado por el hecho de conseguir mucha diversidad ya que trabajamos con más de 50 proveedores diferentes.



- ¿Qué perfil de cliente tenéis?

-Tenemos un abanico de clientes que va desde el pequeño autónomo hasta empresas que tienen 300 o 400 empleados sobre todo de hostelería. Eso sí, tenemos muy diversificada la actividad.

 


- Parece que estamos viviendo momentos de incertidumbre y de enfriamiento de la economía ¿Lo habéis notado?

-Toquemos madera porque por ahora no. Es cierto que a finales del año pasado se ha producido una ralentización de nuestro crecimiento, pero siempre en positivo. Aún tenemos clientes nuevos; emprendedores que crean empresas. Tengo que reconocer que no son tantos como en los dos últimos años.

 


- ¿Fue complicado el relevo generacional en la empresa?

-La verdad es que fue muy fácil. En Asima Jóvenes he escuchado el testimonio de otros empresarios que han cogido el timón de la empresa familiar y los padres aún están presentes en todo momento. Aquí tuve la suerte de que mis padres me dejasen volar; siempre estando a mi lado y aconsejándome, pero no pisan la empresa.

 

- ¿Cómo ve el futuro de las empresas familiares?

- En Mallorca pervive de forma importante el espíritu familiar en las empresas. No sé si es que aquí somos más románticos que en otros lugares. Yo veo un gran futuro para estas empresas que tienen un valor añadido y es que forman parte de la familia. Las primeras generaciones ven la empresa como algo suyo, como su vida y esto se hereda en los hijos.

 

"El problema más importante de Son Castelló es la falta de aparcamiento"


- ¿Ustedes son una empresa con mucha historia en Son Castelló, ¿cuáles diría que son los problemas principales del polígono?

- Hay muchos. El primero y más importante de ellos es la falta de aparcamiento. Se trata de un problema muy grave que nos afecta sobre todo a los negocios que nos dedicamos a vender. Si los clientes no disponen de aparcamiento y facilidades no vendemos.


Soy consciente de que se ha dado mucha importancia a este tema y que se está trabajando desde Asima con la administración pública para encontrar una solución, pero los intentos que se han hecho no han funcionado. Hay maneras fáciles y efectivas de planificar un sistema de transporte eficiente para que la gente pueda acercarse al polígono de forma lógica y tenemos que empezar por los trabajadores que ocupan todo el día unas plazas que en algunos casos tendrían que librarse para rotación y uso comercial.

 

Para ello hay que incentivar otros tipos de transporte, pero de forma atractiva. Por otro lado en Son Castelló tenemos un problema importante de residuos. Hay gente poco respetuosa y encontramos vertidos en diferentes calles muchos días. Esto se ha agravado desde que se retiraron los contenedores y tenemos que ir obligatoriamente al punto verde y hacer cola. Deberían darse más facilidades a las empresas que quieren cumplir con sus obligaciones y reciclar los residuos.

 


- ¿Cómo valoráis la labor que está realizando Asima en estas cuestiones?

-Tengo que decir que gracias a Asima las empresas del polígono tenemos más fuerza y una voz ante las administraciones. Estoy segura de que si no estuviera Asima no nos escucharían de la misma manera.

Nosotros fuimos de los primeros en estar en Asima y hemos continuado muchos años porque mis padres creían en la asociación y yo ahora le veo mucho sentido. Nos sentimos muy apoyados y esto es muy importante porque el empresario muchas veces se siente solo.

 

"Gracias a Asima las empresas tenemos más fuerza y una voz ante las administraciones"

 


-Asima ha comenzado una iniciativa para poner en valor a los jóvenes empresarios. ¿Qué le parece la idea?

-Era una de las cosas que siempre había creído que era importante. Sabemos que los empresarios fundadores de siempre siguen al pie del cañón y tienen peso en Asima. Es fantástico contar con esta experiencia, pero hay que tener en cuenta que existe una nueva generación de empresarios de entre 30 y 50 años que debe tener su espacio. Somos generaciones diferentes con inquietudes diferentes y con visiones diferentes de la realidad si bien compartimos objetivos y problemas.

 

- ¿Cuál cree que es la clave para que un negocio tanga continuidad?

- La primera es la formación. Hay que estar continuamente en renovación y aprendiendo y en contacto en lo que pasa en el mundo. Esto te facilita actualizarte. Nuevas tecnologías, apps, estar on line, las redes sociales.... Todo este tema ahora está en boga. El ofline es muy importante, pero necesitamos tener presencia en la red para decir que existes.


"La burocracia a la que estamos sometidos los empresarios nos está ahogando"

 

- ¿Qué impresión tiene del papel de la administración pública?

- Nosotros somos pyme y nos están exigiendo los mismos requisitos y papeles que a una gran empresa con centenares o miles de trabajadores. La burocracia a la que estamos sometidos nos representa un coste importante en tiempo y dinero. Todo acaba en la mesa del gerente y el tiempo que dedicamos a estos asuntos dejamos de ser productivas. No es que no sea importante tener al día toda la legislación en riesgos laborales o en protección de datos, pero sentimos que nos están ahogando.


A ello hay que añadir los costes laborales que son elevados y la normativa complicada. Esta normativa, por ejemplo, me impide despedir sin coste a un trabajador que no rinde adecuadamente y que no se lleva bien con los otros operarios ni con los clientes. Se tiene que pagar para todo y esto no es justo.

"En Mallorca pervive de forma importante el espíritu familiar en las empresas"