viernes. 29.03.2024


Crear sinergias entre diferentes empresas y unir productos que parecen incompatibles. Ese ha sido el reto que han asumido la bodega Mesquida Mora y la fábrica Huguet.

 

 La joven bodeguera Bárbara Mesquida Mora ha presentado el vino Trispol 2014, que actualmente está en el mercado, para dar a conocer un caldo que es uno de los piláres básicos de Mesquida Mora.

 

Según explico Mesquida, “un Trispol (suelo) es uno de los elementos necesarios para emprender un nuevo proyecto vital. El trispol es cuerpo, es estructura, es una forma cercana de hacer referencia a la madre tierra, la que nos da la vida y el vino. En la etiqueta aparecen las baldosas pisadas durante mi infancia en casa de los abuelos maternos de Can Verdera, en Porreres”.

 

Y éste último detalle es el elegido para presentarlo ya que “hemos aunado la fábrica de Biel Huguet  para recuperarlo y crear algo nuevo, uniendo dos empresas que en principio no tienen nada que ver pero que apuesta por el producto ecológico, artesanal y local”.

 

En las etiquetas del Trispol aparecen estas baldosas hidráulicas, y su fabricación la pudieron ver en directo los asistentes al acto. Se degustó el vino, acompañado de buena música y se presentó una edición limitada de una caja de madera con una baldosa y tres botelles de vino, ideal para navidad.

 

Según Bárbara Mesquida Mora, “la pasión por el vino siempre me ha llevado a experimentar de forma constante y periódica e he intentado sorprender con alguna elaboración nueva”.

 

En este camino, advierte que siempre ha apostado por “la innovación, en clave de sostenibilidad y responsabilidad social”. La bodega de Bárbara Mesquida fué en una de las primeras bodegas en Baleares y España que defiende esta nueva forma de hacer vino, sin herbicidas ni fertilizantes, con coberturas vegetales como el abono orgánico y la vuelta a artes tradicionales con la optimización y racionalización del uso del tractor.

 

En opinión de la joven empresaria, “no podemos dar la espalda a la tierra. Creo en la fuerza de Baleares, tengo claro que hacer vino crea vida. Soy consciente que para recobrar la diversidad y fertilidad de la tierra se pueden desarrollar muchas técnicas, pero sin duda alguna, creo que la más efectiva es transformar la mentalidad.Cambiar la forma de mimar a la naturaleza, el entorno y la vida es el acto agrícola más importante que se puede aprender. Hacer vino es crear vida”.

Mesquida Mora y Huguet se alían para mezclar vino y baldosas hidráulicas artesanales