“Nunca fue tan fácil crear una marca, nunca fue tan fácil que una marca resultase irrelevante” Manuel Antonio Fernández-Marco
Una marca es una promesa de un beneficio para el cliente, es decir, una palabra (nombre del producto, empresa o ciudad en este caso) que el cliente identifica con un beneficio concreto o con una cualidad que le reporta indirectamente un beneficio. Toda empresa, por pequeña que sea, puede - yo diría que debe - tener una marca. El nombre de una ciudad es una marca, como el nombre de un producto, un futbolista, un político, o el nombre de cualquier empresa es también una marca.
Nuestra marca debe significar algo diferente a la competencia en la mente de sus potenciales clientes, porque sólo así nos diferenciaremos y tendremos más posibilidades de ser elegidos en primer lugar. La mala noticia es, que realmente suena fácil, pero hay que trabajar duro y día a día para lograrlo. No obstante, hay una buena noticia, que toda empresa por pequeña que sea puede ser diferenciada en la mente del cliente.
Y, ¿cómo construimos una marca? Al proceso por el cual construimos una marca se le llama branding, y dado que una marca debe significar algo concreto en la mente del cliente potencial que nos diferencie de los competidores, está claro que la marca se crea a partir de una buena estrategia de comunicación externa e interna, pues todos son transmisores de su marca.
Dicho esto, ya no recuerdo la cantidad de veces que le han cambiado el nombre a la ciudad en la que resido hace más de cinco años, lo que sí puedo decir, es que me tienen mareada y estoy segura de que a vosotros también.
A ver señores, ¿conocéis el concepto de marca? Para los que vivimos en la isla siempre será Palma, bajamos a Palma, vivimos en Palma, y nos entendemos con Palma. Y cuando salimos fuera, pues es Palma de Mallorca.
Recuerdo que muchas veces cuando he estado fuera de la isla, me preguntan “¿dónde vives?”, y al decir solamente Palma, muchas personas se confundían y pensaban que hablaba de Canarias. Pero vamos a ver, si una es Palma de Mallorca y la otra es Las Palmas de Gran Canaria.
No quiero crear más debate del que ya hay a día de hoy, pero
¿de qué nos sirve cambiar el nombre de la ciudad cada dos por tres?
Quiero terminar este artículo con una pequeña reflexión personal. No importa las veces que le cambien de nombre. Palma o Palma de Mallorca es, y será siempre una de las ciudades más bonitas del mediterráneo, pero decídanse.
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