sábado. 20.04.2024

 

Poco a poco la obesidad ha pasado a convertirse en un problema de salud pública y una enfermedad epidémica que da la vuelta al mundo. Se trata de una patología crónica como resultado de una ingesta de calorías excesiva respecto al gasto energético. Con los años se ha ido extendiendo a todos los grupos demográficos y niños y adolescentes sufren cada vez más este sobre peso de graves consecuencias que disminuyen la esperanza de vida. Entre otros, aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo II, SAHOS, HTA, DLP, gota, artrosis en las articulaciones, varices, litiasis biliar, incontinencia urinaria o infertilidad. Muchas personas optan por una cirugía bariátrica para comenzar su pérdida de peso y recuperación.


Existen dos tipos de técnicas quirúrgicas contra la obesidad. Las primeras son las restrictivas , que están basadas en la disminución de la capacidad gástrica a través de la reducción del estómago, que a su vez puede llevarse a cabo a través de dos técnicas, la banda gástrica o la manga tabular, también conocida como sleeve gástrico. De esta manera el paciente alcanza una saciedad prematura, y lo más importante, duradera después de las comidas.  

 

Por otro lado las cirugías mixtas. En estas se interviene paralelamente el estómago, al que se le practica una reducción para minar su capacidad, y sobre el intestino, haciendo que este disminuya la absorción de los alimentos. En esta técnica se distinguen dos modalidades, la derivación bilio-pancreática y el bypass gástrico.  

 

Una intervención de estas características supone ciertos riesgos, así que un componente que no debe pasarse por alto es valorar si es la opción más adecuada para el paciente en particular. Esta alternativa se convierte en la única posibilidad solo en gente que sufre de obesidad, es decir, aquellos que solo tengan unos kilos de más tienen muchas otras vías para deshacerse de ellos. Para tomar la decisión de entrar a un quirófano hay que plantearse si realmente se han puesto en práctica otros tratamientos como hacer ejercicio o cambiar de hábitos alimenticios. También es importante tener claro que podremos afrontar la nueva vida después de la operación y conservar el nuevo peso. Consultar a tu médico y ser diagnosticado como obeso por un facultativo es el último paso.


En cualquier caso, las complicaciones en este tipo de operaciones son mucho más infrecuentes que en otras del abdomen, puede llegar a ser mucho más peligroso no intervenir contra la obesidad , ya que las enfermedades asociadas aumentan considerablemente el riesgo de mortalidad. Las posibles complicaciones son inferiores al 5%.

 

El peso que puede llegar a perder una persona con obesidad mórbida después de su operación es muy difícil de determinar, pues depende de numerosos factores, entre ellos la alimentación, la genética y el sexo. Los resultados más comunes son perder entre un 30% y un 50% del peso inicial, la mayoría del total se rebaja durante los seis primeros meses.

 

Entre algunos de los beneficios, muchos pacientes logran dejar de pincharse insulina incluso a la semana de ser intervenidos. Empezar a hacer ejercicio lo antes posible es imprescindible para no volver atrás en los logros alcanzados.


 

La cirugía bariátrica, una solución para la obesidad
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