sábado. 27.04.2024

El vino siempre ha sido un elemento de unión en una mesa y más aún cuando llegan las navidades, momentos en los que las botellas suelen circular dentro de las cestas de empresa entre otros muchos más producto. Bueno, esto sucedía hasta ahora.



En los últimos años pero principalmente en este último el vino ha tomado mucha más personalidad propia en Navidad. Ahora se regala menos vino, menos cantidad pero de forma separada y además se opta por la calidad.



Así lo ha asegurado Tomeu Taura, propietario de la empresa Vinámica de Lloseta, que se encarga de la venta i distribución a toda mallorca. Antes se miraba más por la cantidad y ahora en cambio se busca el valor añadido, aquello que pueda representar un regalo especial más allá de que en lugar de regalar 3 o 6 botellas solo se regale 1. En general el volumen de las ventas ha sido similar en el sector de la restauración y si que ha subido un poco entre los particulares y empresas.



Pero ¿qué vinos se regalan y se consumen en Mallorca? Según Tomeu Taura, la tendencia al alza es huir de las grandes denominaciones de origen tradicionales y buscar vinos más originales, de zonas productoras más desconocidas, que puedan sorprender y que también tengan una buena relación calidad precio.



El porqué de este cambio se tiene que buscar en el hecho de que socialmente un vino ya es considerado casi como un producto cultural fruto de la tierra.



En estas fechas lo que más demanda tiene es sin duda alguna los espumosos y cavas pero también los vinos tintos. Al alza están los vinos mallorquines que juegan con el handicap de su limitada producción, en especial cuando se trata de bodegas pequeñas que producen vinos de autor.


En general, en Vinámica se reclama mucho vino producido con variedades autóctonas como Callet, Gorgollassa, Mantonegro o Escursach...Según Taura, son vinos que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo y que se aprecian de forma especial.



La nueva moda del mercado, marcada mucho por el gusto europeo, la están marcando los vinos rosados, cuya demanda y producción cada vez va más en aumento. Este tipo de vino ha pasado de ser residual e incluso tener una imagen denostada a estar de plena actualidad. Y esto las bodegas no lo han dejado pasar.



Sea como sea, el vino es un elemento fijo en las celebraciones navideñas y un regalo que Santa Claus ha transportado mucho y que los Reyes Magos también llevarán en sus alforjas.

Regalamos menos vino pero de más calidad