jueves. 25.04.2024

El año que empieza

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Dicen que Dale Carnegie, empresario americano de principios del siglo XX, fue un visionario. La verdad es que fue un gran estudioso de las relaciones humanas y basó sus teorías en estudiar aquellos personajes que, al largo de la historia, triunfaron. ¿Qué les hacía especiales? ¿Qué hicieron para convertirse en grandes empresarios de éxito, en políticos destacados o en grandes personajes queridos y respetados por todos?

 

En los cursos que durante años he impartido en Carnegie, basados en sus métodos, me han dado la oportunidad de ser testigo de decenas de personas que han mejorado sustancialmente sus habilidades comunicativas y de liderazgo , incluso algunos que venían con bloqueos, serias dificultades para hablar en público o comunicars e con los demás. Todas ellas lograron superar o mitigar sus miedos aplicando algunas técnicas.

 

Aprovechando que se acerca el final del 2016 y que en estas fechas solemos hacer balance de los últimos doce meses y nos planteamos retos para afrontar los doce siguientes, os detallo algunos de los principios que Carnegie escribió para cultivar una actitud mental correcta capaz de procurarnos paz y felicidad. Verás que son simples, pero justamente por esto, tendemos a olvidarlos en nuestro día a día.

 

1. Mira el lado positivo de las personas, de las situaciones y de las experiencias.

Todo tiene dos caras, todo es mejorable y nada es perfecto. Acepta el mundo tal como es. Destaca los aspectos positivos y réstale importancia a los negativos. Esto te ayudará a vivir mejor.

 

  2. La mejor manera de ganar una discusión es evitarla.

No busques la confrontación. Nueve veces de cada diez, cuando termina la discusión, cada uno de los contendientes está más convencido que nunca que la razón está de su parte. Por esta razón, si discutes, peleas y contradices, podrás lograr en alguna ocasión un triunfo, pero será un triunfo vacío puesto que jamás obtendrás el convencimiento sincero de tu contrincante.

 

 3. Espera ingratitud

Lograr gestionar la preocupación o el desánimo es un reto que sólo depende de nosotros. Muchas veces, nos causa stress y decepción si alguien no reconoce nuestros méritos o no obtenemos una palmada en el hombro.

No conceder demasiada importancia a las cosas, saber que podemos manejar los conflictos con una actitud adecuada y que el control está en nuestras manos es esencial. No podemos cambiar lo que ocurre, pero sí la manera cómo lo vivimos.

 

4. Aporta felicidad a los demás

La generosidad tiene ida y vuelta. Compartir felicidad con los demás no nos va a restar la nuestra, nos la va a sumar. El afecto, el aprecio, el respeto, la simpatía… las buenas relaciones con los demás tienen un efecto boomerang y siempre nos serán devueltas. Sé amigable con los demás.

 

5. No imites a nadie. Tu eres único/a

Querernos comparar con los demás nos genera desasosiego, nos quita autoconfianza y nos hace creer que no somos suficientemente buenos, inteligentes, guapos o exitosos. En cambio, si sólo nos centramos en nuestras virtudes y talentos, destacaremos por ellos, y podremos avanzar sin quedarnos bloqueados en la duda, la queja o la insuficiencia.

 

Estos principios requieren un poco de práctica. Repásalas mentalmente y ponlas en práctica. Verás cómo tu actitud mejora y, en consecuencia, lo hará tu vida.

El año que empieza