viernes. 29.03.2024

Sí, pero con cabeza y tiempo

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En Pimeco, la patronal del pequeño comercio de Mallorca, lo tenemos claro: hay que ir dando pasos hacia la eliminación de todo lo que perjudique a nuestro medio ambiente, y sin duda uno de los primeros pasos es la eliminación de las bolsas de plástico, empezando con las de un solo uso, tal como se pretende.

 

Pensamos, sin embargo, que la implantación de esta medida debe hacerse con más tiempo. Tiempo para terminar el stock que tenemos de esas bolsas que después no podremos usar, y sobre todo tiempo para hacer pedagogía con todos, clientes y comerciantes. Además, para no confundir al consumidor, y que ningún municipio se “coma” las bolsas de otro, la prohibición de las bolsas de usar y tirar deben afectar por igual a todos los municipios de la isla, tal como pedimos a la señora Espeja.

 

El Ayuntamiento de Palma ya ha decidido que va a prohibir en su término municipal ese tipo de bolsas a partir del año que viene, es decir, a partir del 1 de enero de 2018. En su día, Pimeco pidió a la concejala de Ecología, Agricultura y Bienestar Animal, Neus Truyol, que retrasara la entrada en vigor de esta medida un año más, sobre todo porque el pequeño comercio ya tiene compradas existencias de bolsas a las que tendría que poder dar salida antes de cambiar a otro tipo de materiales, que además son más del doble de caros que el actual.

 

Ahora hemos sabido que nuestra propuesta ha sido rechazada porque el Ayuntamiento de Palma considera que un año es tiempo suficiente para hacer la transición a los materiales biodegradables.

 

Para los comercios adheridos a nuestra asociación, no lo es. Dudamos también de que sea un tiempo suficiente para que la ciudadanía se acostumbre a esta nueva circunstancia, en especial si se da en Palma y no en Marratxí, por poner un ejemplo de un municipio limítrofe.

 

Así las cosas, pedimos al Ayuntamiento en cuestión que gestione con mucha cabeza la implantación de esta medida.

 

Creemos que debe ponerse en marcha un programa de ayudas al comercio y de concienciación ciudadana. Tiene que dotarse con suficientes recursos económicos, con los recursos necesarios para que el pequeño y mediano comercio no se vea afectado por una medida que tiene muchos números de reducir aún más la competitividad del sector.

 

Los consumidores tienen que conocer y entender la prohibición del Ayuntamiento de Palma; de lo contrario, corremos el riesgo de que hagan responsables a los establecimientos comerciales de las molestias que la medida pueda ocasionarles.

 

Tal vez estemos ya acostumbrados a llevar bolsas para usos varios en el coche cuando tenemos idea de hacer grandes compras, pero aún tenemos que coger el hábito de salir siempre de casa con algún tipo de bolsa, en previsión de que por el camino se nos ocurra entrar en una papelería, una mercería o una farmacia.

 

Por otra parte, cabe esperar que, con el tiempo y una mayor demanda de los materiales alternativos al plástico no biodegradable, los costes se vayan reduciendo y la carga económica que tendrá que soportar el pequeño comercio pueda ir disminuyendo. Va a ser, sin duda, un proceso largo. Cuanto más tiempo y planificación tengamos, mejor lo podremos hacer todos.

Sí, pero con cabeza y tiempo