viernes. 29.03.2024

Turismo de experiencias

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Estoy de resaca turística. Así de claro os lo digo. Hace solo una semana volvía de viaje de París después de cuatro días descubriendo una de las ciudades más bellas del mundo. Solo 48 horas después me embarcaba hacia Madrid en la que era mi primera visita presencial a Fitur después de 20 años de profesión periodística.

 

Lo que os voy a explicar no tiene nada que ver con la feria madrileña de la que me quedo personalmente con lo "cuco" que nos quedó el estand de Baleares y con despliegue que exhibió Andalucía pagando un pabellón entero para su autobombo turístico.



En fin, a por el lio. En medio de esta vorágine os voy a contar una experiencia personal; ahora que tanto se habla de que lo más, lo último, lo mejor para ofrecer al visitante es el turismo experiencial. ¿Y que es esto? Pues todo se basa en vivir algo diferente, llamativo en el destino elegido que se te quede grabado en tu cabeza, en tu memoria. Se trata de descubrir y de vivir los lugares y su autenticidad.



Pues bien, a pesar que me guste muchísimo viajar, nunca he sido dado a determinadas aventuras. Siempre ha descubierto los lugares al estilo clásico: informándome previamente y visitando lo más destacado. Esto se acabó con París. Dos días antes de partir una conocida me recomendó que probará un free tour de los guías Sandemans. Llamadme ignorante pero nunca antes había oído hablar de ellos. Me arriesgué y la experiencia fue impresionante.



La mecánica es muy simple. A una hora determinada te presentas en un lugar previamente anunciado donde te esperan unos jóvenes con un paraguas rojo. Una vez allí te espera una aventura de dos horas en las cuales se te descubrirán los secretos de una ciudad en diferentes paradas. Una vez finalizado el trayecto no hay pago más allá de la voluntad en función de lo que te haya gustado el guía.



Lo cierto es que esta experiencia nada tiene que ver con cualquier otro tour guiado que podáis haber hecho nunca. Los guías os explican un relato, lo viven y te hacen vivir aquello que te cuentan de forma alegre, desenfadada, interesante y profunda. Gracias a estas dos horas y media recorrimos 23 siglos de historia de la ciudad y descubrí un París diferente.



Tanto es así que al día siguiente repetí experiencia para recorrer Montmartre, el barrio más bohemio, conocido y artístico que se pueda concebir. El resultado fue espectacular.



No se si existe una iniciativa similar en nuestras islas pero si la hubiera que alguien me la cuente por que quiero vivirla. Quiero redescubrir Palma, Mallorca.



En serio, tal vez fuera por lo rompedor, por lo canalla, por lo bohemio de nuestros guias-actores pero practicar turismo así es una gozada. Reivindico esta vivencia y os la recomiendo.



Postdata: También de experiencias y turismo y también de marketing se hablará y mucho este viernes en el evento Marketing Rocks del que ya no hay plazas disponibles. Enhorabuena a Travel Rocks y a todos los patrocinadores entre los que se encuentra este periódico.

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