5 de marzo de 2017, 13:45
Enhorabuena a mis RCR por su Pritzker, el “Nobel” de la Arquitectura Mundial.
Recuerdo que hace veinte años, el “número 1” de nuestra promoción, en una conferencia de la ETSAV, en el pequeño salón de grados, les preguntó:
¿Y no pensáis salir de Olot?
Parece que no resulta necesario. Yo decidí cambiar de residencia para cumplir uno (o varios) sueños, separándome de mis raíces. En Olot, sin embargo, los sueños entran a hurtadillas en Les Cols o en la Casa para un herrero y una peluquera.
¿Cómo han logrado convertir referencias de pequeño presupuesto en hitos reconocibles, como en el caso del Pabellón del Baño, la obra por la que les descubrí?
La Facultad de Derecho, fue, sin embargo, el proyecto que me convenció de que una convicción no es una tendencia o un estilo.
Trabajan a la escala adecuada, desde el empleo de la cuadrícula con rigor “miesano”, buceando en la importancia del plano frente al volumen, que descompuesto y fragmentado rezuma domesticidad. Compensan la heterogeneidad del material tradicional adaptándolo a las necesidades contemporáneas y se permiten una cierta homogeneidad proyectual, o más bien, logran plasmar en el terreno el equilibrio que supone un esfuerzo continuado, creyente.
…Y aquí, más obras ordenadas según el impacto que me produjeron (un podio del todo subjetivo)
