La Confederación Española de Comercio (CEC) ha hecho balance hace poco de la marcha del sector durante el último ejercicio económico.
Aunque el año pasado fue positivo para la actividad comercial en todas las comunidades autónomas, incluida la nuestra, la CEC ha llamado la atención sobre dos circunstancias: la negativa influencia sobre el comportamiento de los consumidores que tuvo la incertidumbre de la situación política nacional y las fluctuaciones de ventas que se registraron de un mes a otro, como consecuencia de las campañas de ofertas que ha permitido en nuestro país la liberalización de las rebajas.
Los factores que afectan negativamente a la marcha del comercio no son solo importantes para los empresarios del comercio, sino también para el conjunto de nuestra economía y para la sociedad en general. No podemos olvidar, por ejemplo, la repercusión que tienen sobre la creación de empleo; en nuestro caso, sin ir más lejos, las empresas dedicadas al comercio de las islas crearon durante el año pasado, más de 3.800 nuevos puestos de trabajo. De ahí que resulte imprescindible exigir a los políticos que velen por el sector.
El estudio que hacemos desde la Asociación del Pequeño y Mediano Comercio de Mallorca sobre la evolución de los negocios dedicados al sector de la moda muestra que durante el año pasado efectivamente se registró una progresiva mejoría de la actividad. Sin embargo, el informe que hemos presentado esta semana con los datos del mes pasado, el mes de febrero, nos ha dado un resultado algo diferente: el ritmo que se había ido consolidando durante estos últimos meses muestra ahora una cierta desaceleración.
El problema es que, con la liberalización de las rebajas, la campaña de Navidades ya no es lo que era y que las rebajas ya no son las rebajas. Esto hace que el pequeño comercio de nuestras islas ahora esté esperando la temporada turística como quien espera al Mesías, con la incertidumbre de ver si la actividad sigue ralentizándose o recupera el ritmo anterior.
Los empresarios haremos todos los esfuerzos posibles para estimular nuestra actividad productiva, pero también necesitamos que la gestión de las administraciones públicas cree las condiciones adecuadas para que nuestros esfuerzos puedan dar resultados.
