sábado. 27.04.2024

Cuando se habla de diseño de interiores en la sección de Economía de El País

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Esta casa es “muy de arquitecto” ¿Cuántas veces habré oído esa frase (con admiración o intención peyorativa)?


En cualquier caso, ¿qué ocurriría si esas “casas de diseño”, frías, poco prácticas, sin detalles, creadas únicamente para “dejarse ver”, se convirtieran en tendencia (tremendo sustantivo incompatible con la verdadera  Arquitectura)?


En #ArquiNews, trato de dar a conocer  noticias recientes del sector de la Arquitectura y el Interiorismo.


En este caso, quiero analizar una publicación de la sección de Economía de El País titulada “Cómo aprovechar cada metro cuadrado de la vivienda”.


No tengo nada en contra de los profesionales citados en dicha  publicación, de hecho, colaboré con de la Rubia en Reformadisimo, de quien guardo un grato recuerdo.


Y evidentemente, los arquitectos responden a las preguntas que se les plantean.


El problema no son las respuestas, sino las preguntas, que ponen de manifiesto, en algunas ocasiones, cierta falta de conocimiento sobre el trabajo del arquitecto o del interiorista.

 

 

Quizá, el titular del artículo, tan coherente dentro de su sección a priori, resulta inexacto. Yo lo reemplazaría por el siguiente:

 

"Cómo intentar hacer una vivienda 'de foto' sin atender a criterios de habitabilidad, ni a las necesidades particulares de cada individuo en función de la vivienda".

 

A partir de aquí, me voy a permitir la licencia de puntualizar algunas conclusiones, con toda humildad y respeto a mis compañeros:

 

"Los espacios abiertos son la principal tendencia en distribuciones para este año” (eso deduce el periodista).

 

No distingue si la prioridad es el aprovechamiento del espacio, la entrada de luz (aspectos que prevalecen en la reforma de apartamentos pequeños y viviendas oscuras) o el aislamiento acústico, la privacidad y el confort del espacio doméstico (que menguan del todo en un recinto no compartimentado).

 

 

"En ese espacio único (la zona de día), que es el salón, el comedor y la cocina, la vida gira en torno a la mesa, donde se come, se disfruta y se trabaja".

 

Cada caso es distinto. El “single” suele comer en el sofá, y a veces, la cocina, por practicidad, resulta ser ese “punto neurálgico”.

 

A menudo, la mesa de comedor parece heredar el papel del antiguo y obsoleto “salón de las visitas”, ya que sólo se emplea cuando hay invitados.

 

Cuestionémonos, por tanto, su emplazamiento, material y conveniencia de uso. A veces resulta un simple obstáculo o un “no lugar”.

 

"Existe una tendencia creciente hacia las cocinas indiscretas, que sustituyen los grandes armarios lineales por baldas ligeras que muestran los utensilios diarios".

 

Tras haber reformado decenas de viviendas, no puedo estar más en desacuerdo.

 

A pesar de lo poco que me gusta el vidrio translúcido en las cocinas, y de que también opino que resulta muy aparente colgar todo a la vista, el cliente que cocina, no prefiere en ningún caso esta opción de diseño.

 

Esta disposición requiere de un orden diario y exhaustivo, algo que nuestro ritmo de vida no nos suele permitir (y aquí me retrotraigo al primer párrafo de este post).

 

 

“El blanco es el color elegido por la mayoría de propietarios para muebles y encimeras (…) Pero para evitar un diseño frío, los diseñadores apuestan por introducir elementos en madera“.

 

De nuevo, se habla de imagen. No se tiene en cuenta el desgaste, el mantenimiento o el tipo de vivienda.

 

Tampoco las sensaciones que transmiten los materiales, no sólo a través del tacto, también por el olfato.

 

Algunos de mis clientes son inversores que reforman viviendas con el fin de alquilarlas. Y ellos sí eligen diseños de tonos claros, visualmente más comerciales.

 

Al futuro inquilino se le conquista principalmente por la vista.

 

 

Un particular, sin embargo, sólo suele preferir el blanco en armarios, cocinas y paredes, ya que aumenta la sensación de amplitud y da luz a las estancias.

 

Pero de nuevo, en el caso del mobiliario, se tiende a la practicidad, y se valora más el mantenimiento, la comodidad o la vida útil del material.

 

“Está de moda el uso de grandes cristaleras de acero y vidrio, paredes de ladrillo, recuperar el aspecto de los antiguos muros de carga y las instalaciones vistas“.

 

Durante mi formación en la escuela, se me dijo que estaba bien no recubrir una estructura poco común con ningún material accesorio, siempre y cuando se obedeciera a criterios de “sinceridad constructiva”.

 

Esto viene a significar que no hace falta maquillar aquello que ya de por sí tiene valor.

 

 

El error es imitar lo que no está. Si queremos que nuestra vivienda parezca un asador castellano, coloquemos plaqueta de ladrillo cerámico en la pared.

 

El vidrio, en el interior de la vivienda, sólo es recomendable para no saturar la decoración, y por supuesto, para dejar pasar la luz.

 

 

CADA MATERIAL TIENE ÜNA FUNCIÓN Y DEBEMOS TENERLA EN CUENTA para no vivir en un 'parque temático del diseño'.

 

“En los baños gana la batalla la bañera cuando el propietario es un single y la ducha en los pisos de dos habitaciones“.

 

A mí, sin embargo, los solteros me piden duchas y las familias con niños, bañeras. Vivo en otra realidad paralela.

 

 

“Ocultar los focos y recurrir a tiras led, gracias a la bajada en los precios, es bastante habitual”.

 

¿Bajada de precios? La tira de led cuesta al menos cincuenta euros por metro lineal, frente a unos 20-30 euros que puede costar un foco, que, además, permite cambiar la dirección de la luz.

 

No puedo negar que los lineales de led son una solución efectista. En este caso, por tanto, la imagen se vuelve a anteponer, de nuevo, a las necesidades del programa de uso de la vivienda.

 

Me da la impresión de que las soluciones de interiorismo en hostelería están empezando a trasladarse a los hogares. Y el uso que contemplan, por supuesto, difiere. En casa leemos, estudiamos y descansamos. No sólo comemos, bebemos o nos reunimos con los amigos.

 

La luz juega un papel fundamental en este aspecto y no todo vale para lo mismo.

 

“El sofá se descompone en dos, tres o más piezas autónomas que pueden combinarse y cambiar de posición”.

 

Hace diez años me compré un sofá de cuero blanco de dos módulos. No encajaba bien. Me tumbaba, y me caía.

 

Resulta muy atractivo el concepto de mueble versátil, pero la ejecución del mismo ha de ser perfecta. Si no, directamente, no se usará, en ninguna de sus dos, tres o cuatro facetas.

 

 

“Si se opta por pintarlas (las paredes) el tono que Pantone ha elegido para 2017 es el verde Greenery, una tonalidad que evoca la naturaleza".

 

Entonces, pintemos primero la casa y luego elegiremos el mobiliario, con la misma gama cromática.

 

O mejor, compremos todos los muebles en blanco. Así, cuando Pantone vuelva a poner de moda el Marsala del 2016, lo tendremos más fácil.

 

 

COMO CONCLUSIÓN, NO EXISTEN FÓRMULAS MÁGICAS PARA PLANTEAR REFORMAS. Es importante escuchar al cliente y pensar en un proyecto único, personalizado.

 

Un buen profesional ahorra tiempo, dinero y disgustos. Y el buen interiorismo no consiste en proyectar casas en serie, sino en hacer tangibles los sueños y las necesidades de los moradores de la vivienda.

 

Cocó Chanel decía que el único modo de ser irreemplazable es ser diferente. No creo que pensase en seguir tendencias, sino en crearlas.

 

La intención de cualquier proyecto ha de enfocarse en lograr una esencia propia, que dé calidad de vida a quienes lo disfrutan y que impacte a quienes lo contemplen.

 

Cuando se habla de diseño de interiores en la sección de Economía de El País