No se si la han visto. Se llama 'La Tormenta Perfecta' y es una película protagonizada por George Clooney. Más allá de que me guste este actor, de que posiblemente no sea su mejor interpretación ni tampoco sea mi film favorito tomemos en consideración de forma resumida su esencia. Las dos horas de proyección no hacen más que evidenciar la pequeñez del hombre ante la naturaleza y su obstinación por hacer frente a los elementos. Ni que decir tiene que no es una historia con final feliz.
Pues bien, en Mallorca parece que ya ha empezado lo que denominaríamos una tormenta perfecta. Digamos que hasta ahora vivíamos bajo una llovizna de esas que en el norte llaman 'chirimiri'. Vamos que moja pero que permite continuar con la vida diaria. Me temo pero que el tiempo empeora y ya llegan los nubarrones serios.
Digo todo esto por que en Mallorca en estos momentos se está librando una partida de ajedrez multibanda con muchos jugadores que no han tardado en desplegar su artillería para vencer al enemigo. Esta vez si que va en serio. Basta repasar los hechos más recientes. Terraferida lanza un ataque por sorpresa contra el alquiler vacacional pensando en recolectar más apoyos de aquellos que odian la famosa saturación y que quieren limites serios, incluso imposibles legalmente a la llegada de turistas.
El colectivo de alquiler vacacional incluso antes de este ataque ya tenia claro que debía adoptar una actitud ofensiva. El cambio de presidencia y junta directiva hacia presagiar ello ante la simple necesidad de reivindicarse social y empresarialmente. Por este motivo se unen a sus primos canarios y tocan la puerta del mismísimo ministro Nadal paras conseguir su apoyo.
Mientras tanto todo el mundo espera a ver cual será el texto de ley que se tramitará para regular el sector vacacional y que debe tener un difícil pero mayor y necesario grado de consenso. Tarea complicada le queda al vicepresident Barceló que, eso si, ha tenido la osadía, poco común en los políticos actuales, de intentar poner orden y meter mano donde se comprometió.
A todo ello, el sector hotelero ve expectante la batalla con sus huestes preparadas por si tienen que intervenir. Eso si, todos estan más preocupados en poder abrir los establecimientos a tiempo y sobre todo en disponer de personal cualificado y suficiente para atender al alud de turistas que nos visitarán y por más tiempo. Esta, la de la encontrar trabajadores formados es una batalla de la que hablaremos otro día.
Este verano será espectacular para el sector turístico, para los que buscan trabajo por que lo encontraran; para los hoteleros por que tendrán beneficios, incluso para los comerciantes si el sector vacacional funciona como se espera.
También será motivo de queja por saturación como el pasado, de comunicados, de fotos en redes sociales. El guión está escrito de antemano. Ahora bien. No nos carguemos el invento. Debatamos el futuro. Decidamos las medidas para que esto sea sostenible pero hagámoslo con 'seny'; sin estridencias ni grandes titulares de prensa, sin alarmismos. Y es que al final, sin ser conscientes de ello podemos crear la tormenta perfecta en la que naufraguemos en el mar de nuestro propio éxito.
