viernes. 26.04.2024

Cada año mueren por un paro cardíaco 40.000 personas en España. Con el objetivo de aumentar la supervivencia de las personas que sufren un ataque al corazón, la empresa española Cardiosafe ha implantado de forma pionera en el país un desfibrilador que funciona con wifi: LIFEPAK CR2.

 

El aparato ha tardado seis años en desarrollarse y ya lo usan más 200 empresas, la mayoría hoteles, sobretodo de las islas Baleares. En esta comunidad, el servicio de Atención Médica Urgente, el 061, instalará esta primavera un software que le notificará vía wifi cada vez que se use uno de estos desfibriladores.

 

Cuando se utiliza el aparato envía los datos de la persona que sufre un paro vía correo electrónico a cualquier centro médico. "De esta manera los médicos pueden actuar con más rapidez cuando la víctima llega al hospital", explica Francisco Carmona, médico del Sistema de Emergencias Médicas (SEM). Además es el único que analiza el ritmo cardíaco sin necesidad de detener el masaje. "Esto hace que se multipliquen las posibilidades de supervivencia del paciente", puntualiza el médico.


“Este nuevo modelo de desfibrilador supone la entrada a la cardioprotección 24 x 7”, explica el responsable de Cardiosafe, Quel Esteve. La conectividad se realiza a través de un sistema exclusivo de gestión de desfibriladores que monitorizar el equipo 24 horas al día, siete días a la semana.

 

Otra novedad es que el mismo aparato se hace de forma periódica su propia revisión y envía una alerta en caso de que haya algo que no funciona. "También se geolocaliza, por tanto, si alguien lo mueve de un radio concreto envía un correo electrónico a nuestro centro de control", añade Esteve.



En caso de que el paciente sea un niño, el desfibrilador cuenta con un "modo pediátrico" sólo pulsando un botón, además incorpora un metrónomo e instrucciones de cómo hacer el masaje cardiaco que modula en función del ruido que capta en el ambiente.


Según varios estudios médicos, un 85% de las defunciones por paro cardíaco podrían evitarse si fueran atendidas rápidamente con desfibriladores. De hecho en muchos países europeos y americanos es obligatorio desde hace años que los establecimientos tengan estos aparatos electrónicos que monitorizan el ritmo cardíaco y, cuando es necesario, liberan un choque eléctrico. El mismo desfibrilador hace la descarga eléctrica adecuada en función de la edad del paciente y son fáciles de utilizar y a prueba de errores.

 


Cardiosafe se fundó en el año 2008 y ya cuenta con tres sedes: Girona, Madrid y Sevilla. Con estos ocho años ha salvado 22 vidas. La última, un hombre de 66 años que sufrió un paro cardíaco en la calle en Sant Vicenç dels Horts. La empresa tiene una facturación de 2,5 millones de euros al año. Entre sus clientes hay hoteles, centros comerciales, medianas o pequeñas empresas o multinacionales -como DKV seguros-, más de una veintena de ayuntamientos en todo el estado o cadenas de gimnasios como Anytime Fitness Iberia.

Más de 200 empresas usan desfibriladores con wifi, la mayoría de Baleares