miércoles. 24.04.2024

Un paseo marítimo de tercera

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Es una pena. Pasan los años y las administraciones no se plantean un gran proyecto de reforma integral para el Paseo Marítimo de Palma y el frente litoral, que incluya el Puerto. Es verdad que las competencias que recaen en diferentes organismos complica aún más la situación, pero hasta la fecha solo algunos el Colegio de Arquitectos parece que es la única entidad que remueve las consciencias y promueve concursos de ideas para la transformación de un espacio que lo pide a gritos. El último, fallado hace unas semanas, acerca del ámbito alrededor del muelle de pescadores, Passeig Sagrera y Capilla de San Telmo, junto al RCN de Palma. Ahí está, como propuesta para quien quiera recoger sus ideas.

 

Pero la necesaria reforma que hablamos es de un ámbito mayor de intervención, el frente desde el Palau de Congressos hasta Cala Major, afectando a cada uno de los diferentes tramos: Llevant  - Portitxol,  Parc de la Mar, Passeig Sagrera - Muelle de pescadores, Avenida Gabriel Roca y finalizando en Porto Pi y enlace con la autovía de Andratx.

 

Se trata del principal eje vertebrador de la ciudad, con un entorno y situación envidiables, iconografía no solo de Palma, sino también de Mallorca, pero con una calidad del espacio urbano hoy en día muy deficiente. El paso de los años, algunas actuaciones de la Autoridad Portuaria, la escasa renovación edificatoria, la degradación de la segunda línea y la intensidad circulatoria han ido provocando este lento pero progresivo deterioro.

 

Impulsado por el ingeniero Gabriel Roca Garcías a principios de los 60, mediante terrenos ganados al mar, respondió a la demanda de la ciudad al crecimiento del puerto hacia el dique del oeste, y como nueva comunicación entre el centro de Palma y la salida hacia la carretera de Andratx, ante la cada vez más insuficiente Avenida Joan Miró.

 

Y ese innovador y funcional proyecto que varió para siempre la fisonomía de la ciudad, apenas se ha transformado en los últimos 60 años. Algunas obras de maquillaje y renovación en cuanto a la vegetación, pavimentos y mobiliario urbano, pero manteniendo la misma sección y tipología, cuando en las ciudades del ya entrado siglo XXI, las sociedades, la arquitectura y el urbanismo han evolucionado y se requieren proyectos y soluciones valientes que vayan encaminados a la recuperación de espacios para la ciudad, mayor amplitud de aceras, cambios de usos de los edificios portuarios, mayor conectividad transversal ciudad-mar, solucionar los nudos de forma quirúrgica y mayor calidad del espacio público (mobiliario, vegetación, pavimentos, vallas y separaciones…etc.). Es impensable la eterna y anunciada revisión del PGOU de Palma (por cierto, el vigente ya va a cumplir los 20 años) sin incluir todo este ámbito. Es el icono de la ciudad y la imagen que proyectamos al exterior.

 

Tenemos ejemplos en otras ciudades mediterráneas como los paseos marítimos de Cannes y Niza. O el Moll de la Fusta de Barcelona. Es cierto que, como este último, pueden ser intervenciones complejas que suponen una gran inversión por parte de las administraciones, pero se trata de redefinir una ciudad y el esfuerzo creo que merece la pena.

 

Porque no solo está en juego la mejora de las condiciones del espacio urbano de la primera línea. Se trataría de intentar “atravesar” esa muralla que actualmente supone el Paseo Marítimo y el frente edificatorio para las barriadas de la segunda línea (Ses Veles, Sa Llonja, Es Jonquet y El Terreno) y facilitar esa conexión transversal hacia el mar. Ojalá lo veamos.

Un paseo marítimo de tercera
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