La semana pasada el Govern anunció el Plan de Transición Energética en el que se incluyen entre otros aspectos, el cierre progresivo de las centrales más contaminantes y alcanzar una cuota de generación renovable del 20% en el año 2020 para cumplir con los objetivos marcados por la Unión Europea.
Para conseguir alcanzar estos objetivos se tendrá que combinar la puesta en marcha de pequeñas centrales fotovoltaicas que no supongan un impacto para nuestro territorio, juntamente con la implantación de instalaciones de autoconsumo tanto en viviendas como en comercios y zonas industriales.
Estas medidas no hacen más que demostrar la tendencia actual en la que nos encontramos, donde convergen un cambio en el modelo actual de gestión de la energía, un aumento de la concienciación social con el cambio climático y la disrupción tecnológica que avanza cada vez a mayores velocidades. Este nuevo escenario obliga a todos los actores implicados a renovarse y adaptarse a los nuevos tiempos.
En el tema particular de autoconsumo, ya destacamos la sentencia del Tribunal Constitucional que abre la puerta a la realización de instalaciones de autoconsumo compartido en comunidades de vecinos. Destacar también que el 90% de las instalaciones domésticas están exentas del famoso impuesto al sol, por lo que no puede servir de excusa para no apostar por este tipo de soluciones. Aunque la obligación de tener que colocar un segundo contador encarece considerablemente el coste de instalación, se trata de una inversión con una rentabilidad más que aceptable desde el primer momento.
Sin embargo, las medidas no deben centrarse únicamente en potenciar las instalaciones generadoras de origen renovable, las redes inteligentes o la generación distribuida, sino que debemos implicar a toda la sociedad en una mejora de la eficiencia energética para reducir la demanda del consumo. En nuestro día a día podemos llevar a cabo pequeñas acciones que pudieran parecer insignificantes pero cuyo resultado global sin duda ayudará a mejorar la sostenibilidad de nuestro planeta y por qué no, también la felicidad de nuestros bolsillos.
Desde ASINEM tenemos la responsabilidad de contribuir a la mejora de formación energética de todas las personas, ayudándoles a entender sus facturas, reduciéndolas y poniendo a disposición de la sociedad nuestros conocimientos energéticos para convertir a los consumidores en sujetos activos del sistema energético.
