jueves. 28.03.2024

 

Las tarjetas de crédito podríamos compararlas en ocasiones con la bruja malvada o el hada madrina del cuento. Su uso puede proporcionarnos, a priori y a corto plazo, una salida a nuestras necesidades más inmediatas. Ahora bien, hemos de centrarnos en el quid de la cuestión, en la búsqueda del equilibrio entre el modus operandi de dichos productos bancarios y el uso de los mismos.

 

Un buen modo de empezar sería informarnos de las características de los muchos tipos de tarjetas existentes en el mercado, para evitar posibles posteriores dolores de cabeza.

 

Desde luego y sin duda alguna las más apetecibles serían las que nos libraran de las temidas comisiones siendo gratuitas anualmente, protectoras de un indeseado fraude hacía nuestra parte, y ¿cómo no? Brindarnos la capacidad de poder sacar dinero por una amplia red de cajeros automáticos y no tener que hacer una maratón hasta encontrar uno.

 

La diferenciación más importante en el listado de tarjetas bancarias es la que las separa en dos tipos, de crédito y débito. Teniendo en cuenta la forma de pago, en una tarjeta de débito el pago se carga en la cuenta corriente del autorizado. En este caso solo está permitido una resta en la cuenta igual o inferior al saldo depositado en ella.

 

En cambio, con la tarjeta de crédito puedes pagar, aunque no dispongas de fondos suficientes, ya que puedes prorrogar el pago de la cantidad adeudada durante el mes anterior a la entidad emisora de dicho producto de pago hasta el mes siguiente o bien, hay otro tipo de tarjetas crediticias destinadas a importes más elevados que se pueden abonar en distintas mensualidades con un tipo de interés aplicable a esa tarjeta en cuestión y a la cantidad que hemos demandado.

 

Pues bien, tomemos como referencia para estos últimos supuestos sobre la forma de devolución el montante requerido a la entidad financiera que nos ha facilitado dicha tarjeta, como modelo fusión de los citados rasgos podríamos señalar la tarjeta de crédito Mastercard Oro de ING Direct que es gratuita para los titulares de Cuenta Nómina y Sin Nómina de la firma holandesa. Con esta modalidad compensarás las compras efectuadas con ella el día 5 del mes siguiente sin valor extra o se pueden posponer en tres, seis, 12 ó 18 meses a un interés del 15% TAE.

 

Anteriormente nos estábamos ciñendo en productos adecuados para particulares, ahora bien en el terreno profesional y empresarial también existen productos financieros que encajen con este perfil , cabe mención, en este apartado, la tarjeta de crédito Negocios que carece de cuota anual y de costes añadidos de mantenimiento salvo que se dote a la plantilla de empleados de una de estas tarjetas bancarias que valen 25 euros cada una. Tendremos la posibilidad de optar entre pagar las compras que realicemos durante un mes, al inicio del mes siguiente, o podremos pagar la liquidación almacenada en periodos de pagos mensuales a un tipo de interés del 22% TAE.

 

Para aquellas compras superiores a 90 euros, contaremos con la posibilidad de solventarlas a plazos, financiándolas en intervalo que puede oscilar de 3 hasta 18 meses a un interés mas competitivo del 15% TAE.

 

Se exige una cuota mínima de aplazamiento mayor a 30 Euros o, en cambio, el 5% del importe a subvencionar.

 

Estas son las condiciones más frecuentes y ventajosas del mercado del catálogo de tarjetas para crédito.

¿Conoces las condiciones de tu tarjeta de crédito?