martes. 16.04.2024

Durante mucho tiempo el rosado ha sido considerado como un vino de segunda. De hecho los mismos elaboradores solo tenían una producción muy residual en Mallorca que se armaba con los restos de uva y piel que no servían para los tintos. Esta consideración como subproducto ha llegado a su fin afortunadamente.

 

La bodegas de Mallorca han empezado a apostar y con fuerza por los rosados. Muchas de ellas ni tan solo elaboraban este tipo de vino y se han visto casi obligadas a tener que producirlo. Otras, las que ya lo elaboraban estan viendo como su producción de duplica o triplica en los últimos años a partir de una creciente demanda.

 

Y es que el rosado está de moda más que nunca y eso ha obligado también a los bodegueros a elevar su calidad para ser competitivos.

 

Esta apuesta por el rosado se puso de manifiesto el pasado fin de semana en el marco de la tradicional 'Nit del Vi a la fresca' que celebró el Celler Can Majoral de Algaida y que reunió a más de 600 personas. El enólogo Andreu Oliver aprovechó publicamente para romper una lanza en favor de los rosados. De hecho el primer vino que se cató fue el Butibalausí rosado, elaborado por la casa.

 

Oliver explicó que "cuando llega el verano la gente quiere vinos frescos, afrutados, fáciles de beber y sobre todo lo demandan los visitantes que llegan en esta época del año". Oliver explicó que la última moda en rosados viene de la Provenza francesa y se está extendiendo por todo el mundo y consiste en elaborar vinos de colores muy pálidos. Esta moda ha aterrizado ya en Mallorca y lo estan adoptando diferentes bodegas. Otras como Can Majoral mantienen la tradición de elaborar vinos rosados con colores rojizos intensos.

 

Del cualquier manera el vino mallorquín ha encontrado un nuevo filón para vender vino sobre todo hacia el extranjero en un momento en el que las exportaciones están creciendo de forma importante año tras año.

 

Estalla el 'boom' del vino rosado en Mallorca
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