La asociación Aptur ha emitido hoy un manifiesto en el que defiende que "el alquiler turístico, vivienda vacacional y arrendamiento de temporada ayuda al desarrollo local de zonas y de pueblos que, con la oferta de alojamiento tradicional, nunca habrían tenido la oportunidad de participar de los ingresos generados por el turismo".
El manifiesto, firmado por 21 entidades y asociaciones, desde las patronales Pime, Pimeco, Afedeco, Acotur, entre otras, hasta las asociaciones del taxi y de agricultores, ha sido entregado hoy por el presidente de Aptur, Joan Miralles, al vicepresidente del Govern y conseller de Innovación, Investigación y Turismo, Biel Barceló, en el Parlament con ocasión del pleno extraordinario que prevé aprobar la ley que regulará el alquiler turístico.
Según ha explicado Miralles, el manifiesto intenta visualizar la importancia que tiene el sector del alquiler vacacional, que deriva en una economía "más democrática" y distributiva que beneficia no solo a los propietarios sino a toda la oferta básica relacionada,
Ha defendido que el alquiler turístico ha permitido que, por ejemplo, los agricultores hayan podido mejorar sus condiciones de vida ya que contribuye a la diversificación de la economía.
"Queremos un modelo más equilibrado y sostenible y que los beneficios del turismo se repartan mejor entre todos", ha defendido el presidente de Aptur.
Miralles ha considerado positivo la regulación del alquiler vacacional que prevé la modificación de la ley turística que se prevé aprobar este martes, pero ha cuestionado que dejará fuera de mercado un número considerable de plazas.
Para Aptur, esta normativa impone demasiada limitaciones para el alquilar vacacional e invade competencias estatales como la ley de arrendamiento urbano.
Cuestiona también que la moratoria de un año, que se prevé tardará la zonificación que deben hacer ayuntamiento y consells insulars para determinar dónde se podrá alquilar turísticamente, dejará un vacío temporal importante.
El manifiesto, titulado por un turismo de calidad y para todos, considera que "el usuario busca otros argumentos además del sol y playa, busca autenticidad, producto local y un tipo de convivencia basada en la experiencia de convivir con la sociedad mallorquina".
Insiste en que el alquiler turístico, vivienda vacacional, arrendamiento de temporada es "un modelo de alojamiento complementario en el que el usuario final, que es quien decide, elige libremente su uso, basado en argumentos de privacidad y flexibilidad".
Enumera el valor añadido respecto a otras ofertas de alojamiento, como un reparto más transversal de los beneficios que genera el turismo entre la oferta básica y, por lo tanto, en la sociedad balear, mientras ayuda a reducir la estacionalidad.
Finalmente, apunta que el alquiler turístico debe ser una oferta reglada, con una regulación fundamentada en los principios de la Unión Europea, "que no son otros que el libre comercio de productos y servicios, donde las administraciones han de fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones impositivas
