sábado. 27.04.2024

 

Los establecimientos comerciales baleares registraron 6,97 casos de hurto por cada mil habitantes en 2016, siendo la tercera autonomía con más sustracciones en relación con su población, por detrás de Madrid (8,03) y Cataluña (7,96).

 

Así lo indica el informe que ha realizado Checkpoint Systems, a partir de los datos del Ministerio del Interior y de los principales cuerpos policiales de España.

 

El número de hurtos por cada mil habitantes en Islas Baleares es superior al de País Vasco (4,83) y Comunidad Valenciana (4,62). En el extremo opuesto, Extremadura es la autonomía con menos hurtos registrados en los establecimientos comerciales (1,89 por cada mil habitantes), seguida de Castilla-La Mancha (2,10), Galicia (2,89) y Asturias (2,89).

 

En términos absolutos, Islas Baleares fue la novena comunidad autónoma con más hechos de hurto en tiendas, al registrar 7.715 casos.

 

En el conjunto de España, los comercios minoristas registraron, de media, 5,03 casos de hurto por cada mil habitantes. Las sustracciones conocidas ascendieron a 234.170 hechos durante todo el año, cifra prácticamente calcada a la de 2015, aunque con una ligera tendencia a la baja (2.334 casos menos).

 

El estudio de Checkpoint Systems también revela una situación de estabilidad en la evolución del hurto de todas las autonomías, sin ningún incremento ni descenso que represente más de tres décimas porcentuales. No obstante, Madrid, Canarias, Navarra y Melilla experimentaron un ligero aumento de los hechos de hurto en 2016. 

 

El atractivo turístico de algunas ciudades y zonas de costa, la mayor afluencia de compradores y la renovación constante del inventario y de la mercancía expuesta son factores de riesgo que pueden explicar las diferencias sensibles que existen, por ejemplo, entre Madrid y Extremadura en cuanto al hurto. 

 

Para prevenir el hurto, los minoristas combinan soluciones diversas como sistemas de videovigilancia, antenas, etiquetas antihurto y soluciones específicas para productos con más riesgo de sustracción, como por ejemplo collarines de botella para vinos y licores.

 

Las políticas de prevención del hurto pasan, en la actualidad, por fomentar el compromiso de la plantilla y compatibilizar el alto rendimiento en seguridad con soluciones discretas y que se adapten a la estética de los establecimientos. Además, la protección en origen, es decir, el etiquetado antihurto desde el centro de producción, ayuda a proteger la mercancía durante toda la cadena de suministro y de una forma automatizada.

Los comercios baleares, entre los más castigados por hurtos