jueves. 25.04.2024

Los smartphones han provocado uno de los cambios más disruptivos de las últimas dos décadas, permitiéndonos comunicarnos y acceder a Internet desde cualquier lugar y en cualquier momento.

 

Con los años, estos dispositivos se han convertido en la herramienta clave para realizar todas las operaciones diarias de los españoles y, tan importante es, que España ya lidera el ranking mundial de penetración de móviles, con un 88% de usuarios únicos[1], 22 puntos por encima de la media mundial.

 

Sin embargo, el uso de estos dispositivos varía sustancialmente en función de la comunidad autónoma, y Baleares es, precisamente, una de las regiones cuyos habitantes han desarrollado menor dependencia hacia sus teléfonos móviles.

 

Así se desprende del análisis realizado por el comparador on line Rastreator.com, en el que se analizan los hábitos de uso del móvil entre la población española.

 

El uso intensivo del móvil provoca en los usuarios la necesidad de llevarlo consigo en todo momento y estar permanentemente pendientes de él.

 

Este fenómeno ha llegado hasta tal punto que el 14,3% de los baleares se declara adicto a su terminal, según el ‘IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente’, elaborado por el comparador.

 

No obstante, este porcentaje es el más bajo de España, situándose 14 puntos por debajo de la media nacional (28,3%). Además, estos datos muestran una adicción decreciente respecto al pasado año, un hecho solo registrado en Baleares, ya que en el resto de comunidades el porcentaje de adicción sigue una tendencia ascendente.

 

De esta forma, en esta edición del estudio, el porcentaje de baleares que se considera adicto al móvil ha descendido, en concreto 1,7 puntos porcentuales respecto a 2016 (16%) y 0,3 puntos respecto a 2015 (14,6%).

 

Sin embargo, tan dependientes se han vuelto algunos que un 19% de los ciudadanos de las islas reconocen que están pendientes de su móvil siempre que están con amigos, familiares o en pareja, si bien este porcentaje representa el más bajo del territorio nacional, situándose casi 25 puntos por debajo de la media del país.

 

En cualquier caso, esta necesidad de estar enganchados permanentemente puede derivar en fenómenos sociales como el phubbing o la nomofobia, cada vez más extendidos.

 

A este respecto, además de la decreciente adicción al móvil de la población balear, el aumento de concienciación sobre este problema está derivando en un intento de reducir sus horas de uso diario. Así, los baleares han pasado de dedicar 3 horas y 58 minutos a su terminal en 2016 a invertir en él una media de 3 horas y 6 minutos. De esta forma, la cifra se ha reducido en 52 minutos respecto a la media del año pasado, lo que pone de manifiesto que esta comunidad está tratando de hacer un uso más responsable de sus dispositivos móviles.

 

Además, el estudio de Rastreator.com muestra que a pesar de que el móvil se ha integrado en la rutina de los baleares, lo ha hecho en menor medida que en el resto del territorio nacional, ya que tan solo el 35,7% de ellos afirma que mirarlo es lo primero que hace al levantarse y lo último al acostarse, más de 16 puntos por debajo de la media del país.

En Baleares somos los menos adictos al móvil