Un retraso de un vuelo es la causa primera del nacimiento de esta franquicia mallorquina. La familia Seguí, eligió para comer un restaurante en el que sólo servían escalopes. Ese nicho de mercado no estaba cubierto en España por las cadenas de comida rápida.
A los pocos meses, la familia ya había abierto dos restaurantes Skalop con gran éxito en Mallorca. En ellos se podía encontrar una gran variedad de productos en la carta, y, sbore todo, el escalope como plato estrella, cocinado con un ingrediente secreto en el rebozado que lo diferenciaba del resto.
Con el tiempo, el negocio se iría ampliando hasta contar en la actualidad con cuatro establecimientos propiedad de la familia y cinco más en régimen de franquicia, un modelo que se inició en 2013.
Una de las propietarias y directora de Expansión de Franquicias Skalop, Marta Seguí, cuenta la historia de la marca y avanza los planes de expansión que tiene para saltar a la península.
¿Cuándo y por qué nace Skalop?
Skalop nace en 1995, después de un viaje familiar a Viena. Mi padre, empresario de una actividad que nada tenía que ver con la restauración, tomó la idea de montar lo que hoy conocemos como Skalop después de ver cómo funcionaba un pequeño local de la capital austriaca. Se fijó en el modelo y exportó a Mallorca esa filosofía, pero adaptada a nuestra realidad social y geográfica.
¿Tienen pensado expandirse?
Actualmente tenemos 9 restaurantes; cuatro en propiedad y cinco en régimen de franquicia. Nuestra idea es crecer en la península, de hecho, estamos estudiando diferentes propuestas que nos llegan, especialmente del Levante, y otras de fuera de España.
Hasta ahora no nos habíamos planteado crecer fuera de nuestra isla. Ahora la idea es otra, queremos expandir nuestra marca porque creemos en nuestro producto.
¿Qué caracteriza a Skalop?
Que somos frescos, abundantes y generosos. Somos el único fast food de cuchillo y tenedor y servido en mesa. Somos además un nuevo concepto, el fast good; porque nuestro producto es saludable, con una elaboración tradicional.
¿Qué platos ofrecen, además del escalope?
Somos especialistas en empanados frescos, aunque también servimos ensaladas y platos a la plancha. Nuestro producto estrella es el escalope y el cordon blue, tan grandes que no caben en el plato, pero le siguen de cerca las pepitas de pollo.
¿Cuántos trabajadores tiene?
Entre 100 y 110, entre todos los locales.
¿Cuáles son sus puntos fuertes?
Los empanados, con un toque secreto que nos hace únicos.
¿Qué le diferencia de sus competidores?
En realidad no tenemos competidores. No hay ningún restaurante de nuestras características. Somos únicos.
¿Cuánto se ha invertido para este proyecto?
La inversión es constante, ya no solo económica sino también de tiempo y sobre todo de ponerle alma a lo que hacemos por lo que es difícilmente calculable.
¿Cuál es la previsión para este año?
Nuestras previsiones son muy buenas. A nivel de facturación, porque notamos un aumento de comensales en nuestros restaurantes, y a nivel de expansión. Tenemos propuestas muy interesantes encima de la mesa que estamos estudiando.
El año pasado obtuvimos una facturación en torno a los 5,5 millones de euros que esperamos mejorar en 2017.
¿El mayor obstáculo actual para su proyecto?
La insularidad. No es fácil sacar el producto fuera de la isla pero, cuando se vaya conociendo, nuestro obstáculo se convertirá en una oportunidad. Vender Mediterráneo es algo único y está de moda.
¿Cómo ve su proyecto en el futuro?
Creciendo, no solo en Mallorca sino en toda España. Tenemos un gran producto que solo le hace falta darlo a conocer fuera de Mallorca.
