viernes. 29.03.2024


El grupo de investigación en Biología de las Plantas en Condiciones Mediterráneas de la UIB y Agroilla participan en un proyecto europeo con el objetivo de mejorar los cultivos de tomate y reducir el impacto ambiental de la actividad agrícola


El grupo de investigación en Biología de las Plantas en Condiciones Mediterráneas de la Universitat de les Illes Balears (PLANTMED) y la empresa Agroilla han sembrado 5.000 tomateras de 250 variedades de todo el mundo en una finca agrícola experimental de Ariany en el marco del proyecto europeo TOMRES.

 

Este proyecto tiene como objetivo mejorar la resiliencia de las tomatigueres al estrés hídrico y de nutrientes, y maximizar la eficiencia en el uso del agua y de los nutrientes en el contexto del cambio climático. Además, el proyecto también pretende hacer valer las variedades locales de tomatera de todo Europa, entre las cuales se encuentra la 'Tomátiga de ramallet'.



En el marco de este proyecto, los investigadores de la UIB y de Agroilla evaluarán si estos tomates pueden contribuir a crear nuevas variedades de tomate que requieran menos agua y nutrientes, o tengan unas propiedades de calidad mejoradas.

 

Los 250 genotipos de tomatiguera incluyen variedades locales de todo Europa, variedades comerciales, híbridos y especies silvestres. Estas tomateras se someterán a varias dosis de nutrientes y de agua, y se hará unos cuidados intensivos de su estado fisiológico y agronòmic, incluidas medidas en distancia con vuelos no tripulados.



El tomate es un importante producto agrícola de la Unión Europea, no sólo por el impacto económico que genera su producción sino también por las características de esta. El tomate se produce en todo Europa mediante sistemas de cultivo muy diversos (en campo abierto, en invernaderos, en cultivos hidropónicos...), y por sus características taxonòmicas es una especie relacionada con otros muchos cultivos, como por ejemplo la pimienta, la patata o la berenjena. Esto hace que el cultivo del tomate pueda ser considerado un modelo para el estudio de mejoras en los sistemas de producción agrícola.

 


Ahora bien, el cultivo de tomate se enfrenta los últimos años a un problema triple: en primer lugar, la disponibilidad de agua se reduce progresivamente, por las previsiones de reducción de las lluvias debido al cambio climático; en segundo lugar, también se reduce la disponibilidad de fertilizantes, por el incremento de la demanda y de los costes de estos productos y el aumento de las restricciones en su uso por las consecuencias que tienen sobre la calidad del agua y la biodiversidad; y, finalmente, la diversidad genética del tomate cultivado es limitada. Todo ello hace que la sostenibilidad ambiental y económica de las estrategias de crecimiento del tomate esté en riesgo.



Atendida esta situación, los investigadores del proyecto TOMRES, entre los cuales los miembros del grupo PLANTMED de la UIB y de Agroilla, se han propuesto diseñar y testar nuevas combinaciones de genotipos del tomate y probar nuevas prácticas de gestión para reducir el impacto ambiental de la actividad agrícola.



De entrada, se quiere identificar las variedades de tomate que sean más resilients al estrés hídrico y de nutrientes y también de nuevos alelos y disparos genéticos que confieran a la planta una eficiencia más grande en el uso del agua y de los nutrientes.

 

A partir de la muestra de más de diez mil ejemplares disponibles, se llevará a cabo una criba para seleccionar aproximadamente doscientos que muestren tolerancia al estrés hídrico y de nutrientes, en diferentes condiciones pedoclimàtiques, y que mantengan la calidad del fruto y la tolerancia a plagas y enfermedades. Esta criba se hará teniendo en cuenta las complejas interacciones entre las plantas, los suelos y la biodiversidad bajo tierra, con el objetivo de llegar a identificar entre diez y veinte nuevos alelos que puedan ser reproducidos.



Los investigadores de la UIB se encargarán no sólo de colaborar en la selección de germoplasmas y su criba, sino también de la evaluación de la eficiencia en el uso del agua y de nutrientes de las variedades seleccionadas en las diferentes fases del proyecto TOMRES. En este sentido, los investigadores han fijado su mirada en el tomate de ramellet, uno de los cultivos más representativos de las Islas Baleares.



A diferencia otras variedades de tomate, el tomate de ramellet presenta dos calidades que hacen que tenga un gran interés desde el punto de vista agronómico. La primera tiene que ver con el proceso de maduración del fruto, que hace que se conserve de manera natural de un año al otro sin perder sus propiedades organolèptiques. La segunda es su mayor resistencia a la sequía, que permite su característico cultivo «a la seca», aspecto que está fuertemente relacionado con la durabilidad del fruto.



Los investigadores  piensan que estas características del tomate de ramellet la convierten en una variedad de interés para conseguir nuevas variedades de tomate que mejoren su resiliencia al estrés hídrico y de nutrientes, y así se puedan reducir las necesidades de agua y nutrientes del cultivo de tomate.

El tomate de 'ramallet', un ejemplo para cultivar con menos agua y fertilizantes