sábado. 20.04.2024

Vermutería La Rosa, el encanto del pasado

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Era una callejuela estrecha y desierta de nombre casi ignorado, calle de la Rosa. En ella había un local destartalado y cerrado desde hacía muchos años. Allí abrió la vermutería La Rosa. Desde entonces es un punto de reunión imprescindible para la gente guapa de Palma de Mallorca.  Es lo más “trendy” en moda gastronómica, lo más “cool”. Difícil encontrar mesa o sitio en la barra y no se hacen reservas. ¿Cuál es el éxito de la vermutería La Rosa?

 

El éxito es el concepto. Tras varios viajes por Cataluña y el País Vasco visitando bodegas, tomando ideas, eligiendo proveedores, dieron con él. El resultado es una casa de comidas de cuidadísimo aspecto, donde todo es nuevo con la esencia y el estilo de lo clásico y donde cada detalle cuenta, tanto en la alimentación como en la decoración. Es la unión de los gustos actuales con los emotivos recuerdos del pasado.

La Bebida

Indiscutiblemente la estrella de la vermutería La Rosa es el vermut. Pero,  gracias a la gran afición al mundo del vino de uno de los socios, también dispone de una muy completa bodega. En vermuts hay muchas referencias, en su mayoría vascas y catalanas pero también hay alguna mallorquina, como el excelente Muntaner. Hay una coctelería muy especial elaborada a partir del vermut como ingrediente. Y el vermut, bien sea en botella o en grifo, se sirve siempre con rodaja de naranja y hielo. Quienquiera puede pedir sifón y por descontando la botella de sifón que aparecerá es la típica de otros tiempos.

 

La Comida

Aquí se mezcla la vermutería con la casa de comidas, el picar con el comer. Para algo más ligero, más frugal, hay una amplia selección de conservas de alta gama, básicamente catalanas, gallegas y portuguesas. Conserveras pequeñas, familiares, que apuestan por la calidad del producto. Luego los grandes clásicos del picoteo como las gildas, las patatas fritas con salsa de aperitivo, las croquetas o la tortilla. Varias recomendaciones: la gilda de la casa (anchoa, boquerón, piparra, pimiento morrón y aceituna), el igueldo (lomo de atún con tomate Raf y alcachofa) y los croquetones de txuletón.

 

 

En la carta hay platos elaborados con productos de las latas de conserva como el ceviche con berberechos o el revuelto con huevas de erizos de mar. Otros lo están con productos frescos del mercado que el chef Oswaldo Llandres visita a diario. Nunca faltan los productos de concha frescos y, entre semana, un plato del día, casi siempre de cuchara.

 

Se pica y come por igual en la barra o en las mesas o donde uno pueda, incluso en la calle cuando hace bueno pues es difícil encontrar sitio. Una casa de comidas que ha conseguido seducir apostando por el encanto que tienen los recuerdos del pasado. 

 Voz Gourmand by Jaime Vidal

Vermutería La Rosa, el encanto del pasado
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