Uno se da cuenta del tiempo que lleva metido en este mundo y en esta profesión cuando ve campañas antiguas, cuando visiona un documental sobre aquel u otro publicista. Cuando revisa un anuario…¡ joder lo que molaba comprar cada año los anuarios y flipar con lo que se hacIa en otras partes del planeta! Ahora con internet se ha perdido esa magia, pero hemos ganado con la capacidad de acceder a cualquier material producido en casi cualquier parte del mundo.
Al llevar más de 25 años en esta profesión te das cuenta que has vivido tu vida al revés. Sí, al revés. Suena extraño, pero los que nos dedicamos a a creatividad nos alimentamos de lo que la mayoría detesta. No entraré a juzgar si el resto del mundo que no se dedica a esto de la publicidad se equivoca, porque, sin lugar a dudas, los que tenemos razón somos nosotros… La mayoría de nosotros vemos los anuncios, observamos la publicidad en las revistas y los periódicos, escuchamos las cuñas, dejamos que los banners, los megabanners y resto de piezas formen parte de nuestras vidas, los analizamos, los compartimos, los comentamos, los criticamos y en algunos casos envidiamos al que ha realizado tan magnifica pieza que nos ha enamorado.
Yo me he enamorado de muchas campañas durante mi vida. La de Levi’s, en la que una pareja atravesaba las paredes, otra de Levi's en blanco y negro con un tipo saliendo del agua ; la de la mano de BMW; la de Be water my friend; la de Lemon de VW; alguna de la Lotería de Navidad, (la de la Caballe NO); de algunas campañas de Virgin, de alguna campaña casi desconocida de Perú, de la Llama que llama…. ¡Qué buenos!… De tantas y tantas campañas…..
Y si hablamos de diseño, enamorado de todo lo que diseña la gente de Folch Studio, de lo que hacen en Vasava, de muchas cosas de Morillas, del logo de Apple, de la gráfica del BMW que simulaba un tiburón, tantas y tantas piezas, que al final crean un archivo mental que demuestra que nuestro oficio, que nuestra profesión no está tan mal. Todo lo contrario, que mola mucho.
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