sábado. 20.04.2024

Consumo responsable y Black Friday

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Mientras revive el debate sobre la recuperación de los tradicionales períodos de "Rebajas", se acerca el «Black Friday», otra copia de aquello que se hace habitualmente en los Estados Unidos, un país de "oportunidades" en el que cualquier excusa es buena para consumir hasta morir. Ahora toca "Black Friday", pero hace menos de un mes era "Halloween" -con todo tipo de productos y ofertas tematizadas en todas partes-, y pronto será la cada vez más duradera Navidad, momento cumbre del consumo en el mundo occidental. Y después de Navidad será "San Valentín", y suma y sigue.

 

El problema no es consumir, no me malinterpreten. Si no consumimos, cae el sistema, porque la economía no se mueve. Aunque el sistema sufre serias contradicciones, porque si exige salarios bajos, despidos fáciles y contratos basura para que los indicadores macroeconómicos sean óptimos, ¿qué pasa con el consumo y nuestra capacidad para consumir? El problema, como les decía, no es el consumo, sino el consumismo, de la misma manera que en nuestras islas, el problema no es el turismo, sino la turistización (un fenómeno igualmente planetario).

 

El consumismo es negativo en mi opinión por dos motivos: el primero, que la cultura consumista impulsada por la publicidad y los estereotipos sociales impregna de irracionalidad nuestra manera de consumir, y consumimos no aquello que necesitamos sino aquello que nos hacen desear (y en el fondo, ni tan siquiera deseamos). El segundo, que consumimos sin pensar en las consecuencias e impactos que tiene ese consumo, cuando el consumo es ante todo un acto político. Cuando consumimos, definimos condiciones de trabajo y producción de quien ha elaborado el producto que adquirimos, incluyendo su impacto ambiental presente y futuro. Cuando consumimos, definimos incluso el tipo de sociedad en el que queremos vivir.

 

En resumen: aprovechen el "Black Friday" si quieren o pueden, aprovechen los descuentos. Consuman pero desprovéanse de consumismo. Consuman responsablemente. Consuman preferentemente productos locales, y si provienen de otras latitudes infórmense de cómo se elaboró ese capricho, de cuáles son sus implicaciones: miren más allá de la tienda o del simple acto de comprar. Consuman productos de comercio justo. Consuman en comercios urbanos antes que en grandes superficies, porque el tejido comercial también cumple una función vital en nuestros pueblos y ciudades. Consuman, pero sobre todo no olviden que no es feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.

Consumo responsable y Black Friday
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