viernes. 19.04.2024

En el mundo empresarial es muy importante la diferenciación para conseguir un hueco en el mercado. Conseguir un producto diferente y con carácter propio es fundamental y más aún en un sector con tanta competencia como el del vino en España y también en Mallorca.

 

Esta es la mentalidad que se aplica en Son Vich de Superna, la bodega que tiene cultivadas a mayor altura variedades locales como el Mantonegro o la Gorgollassa.

 

Solo este hecho ya es una declaración de intenciones pero el hecho es que las viñas, propiedad de la familia Sampol son atípicas en Mallorca puesto que el grueso de la producción se hace a partir de la variedad Tempranillo, más propia de otras zonas de España y que se adapta mucho mejor a climas más húmedos y menos calurosos como el que se tiene en esta bodega ubicada entre Esporles y Puigpunyent en pleno paraje de la Serra de Tramuntana.

 

Bastien Martinole y Diego Rodríguez, responsables comercial y técnico de la bodega, trabajan con la mentalidad de conseguir un vino de guarda que pueda mejorar en los próximos 15 o 20 años y que sea apreciado por sus virtudes. En este sentido explican que Son Vich es la única bodega de Mallorca en disponer del certificado internacional de agricultura heróica.

 

Este tipo de agricultura es la que se practica en condiciones extremas de relieve, inclinación del terreno o clima. Esto le da un valor añadido a los vinos que se producen en la hectárea de terreno sembrada actualmente y que da para una producción limitada. La cantidad de litros no es una prioridad para la bodega sino la calidad del producto en si mismo.

 

El objetivo final de Son Vich como comentan Martinole y Rodríguez, es conseguir llegar a la restauración en Mallorca y también a los clientes finales que buscan un producto diferente.

 

Son Vich de Superna reivindica el vino de calidad elaborado en la montaña