martes. 19.03.2024


No siempre están bien vistas las relaciones íntimas entre personas del ámbito laboral. Hasta hay compañías, EEUU es un claro ejemplo, donde está explícitamente prohibido, se recoge en el código de conducta de los empleados y es causa objetiva de despido.

 

Afortunadamente, en estas latitudes y con nuestro carácter mediterráneo, las cosas son muy distintas o al menos, eso se desprende de la encuesta sobre sexo en el lugar de trabajo realizada por la Comunidad del Sofá, impulsada por Platanomelón. Y si un momento del año propicia la distensión, y el acercamiento más personal y menos formal en el trabajo, es, sin duda, estos días con las cenas navideñas con compañeros de trabajo, clientes y colaboradores.



Un destacado 82% reconoce haber sentido atracción por alguien de su lugar de trabajo, de los cuáles, un 84% ha tenido fantasías sexuales con esa persona. Y ante la pregunta, ¿quién ha sido la persona objeto de deseo? Sorprenderá a muchos que un 14% admite haberse sentido atraído/a por su jefe, aunque la mayoría reconoce que ha sido por un compañero/a de trabajo, un 73%.  Parecer ser, a tenor de los resultados de la encuesta, que ni clientes ni subordinados resultan atractivos, ya que se llevan un 3% y un 2% respectivamente.



¿Se consuman estas fantasías? El resultado no admite dudas. Un 35% confiesa haber mantenido relaciones sexuales con alguien de su trabajo. Y aunque no han concretado en que espacio se ha materializado, lo cierto es que el 13% “lo ha hecho” en el lugar de trabajo. El resto, un 15% en hoteles y la gran mayoría, un 63% en los respectivos domicilios.



La Comunidad del Sofá ha contado con la asesoría de una de sus sexólogas María Hernando para entender por qué tantas personas se sienten atraídas por otras en el entorno laboral.



La respuesta, aunque obvia, no es menos interesante. “Las fantasías sexuales con compañeros de trabajo o clientes son habituales ya que pasamos casi un tercio de la vida en el trabajo”. El tener que “disimular” o “no deber de” a veces multiplica las ganas por ser conductas no aceptadas socialmente.



Así que si durante la cena de Navidad se producen escarceos y encuentros sexuales no hay ni que escandalizarse, ni sorprenderse ni mucho menos juzgar. Es de lo más habitual y frecuente, aunque la mayoría de las veces, sea un secreto.

Una de cada tres personas ha mantenido relaciones sexuales con compañeros de trabajo