viernes. 29.03.2024

Adiós Sa Nostra

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Llamadme romántico pero soy de los que se aferran a las cosas con alma, con raíces, que desprenden algo más que su simple forma o apariencia. Tal vez es por este motivo que, a pesar de los vaivenes y los cambios de los últimos años, no me había planteado mudarme como cliente de la antigua y extinta Sa Nostra, en la que llevo con una cuenta abierta desde que tengo uso de razón.

 

Y eso que los cartelitos de BMN lo habían invadido todo. Del antiguo verde nada quedaba. De la capacidad de decisión en Baleares nada quedaba. Todo venía dado desde tierras peninsulares. Nos teníamos que conformar con ver algún cartelito de Sa Nostra pequeño como un testimonio más del pasado que del futuro.



Eso sí, se salvaba el corazón de Sa Nostra, y lo digo por sus heroicos empleados, expuestos desde hace tiempo a una inseguridad manifiesta. Ellos representan el espíritu del banco. Tengo la fortuna de conocer a un buen grupo de estos trabajadores y, más aún en muchos pueblos, se mantiene la sonrisa y el trato cercano y simpático.

 

Eso es todo por que las reglas para los clientes habían comenzado a cambiar de forma alucinante. BMN se parecía en este sentido, cada vez más, a la banda impersonal que nos ve a todos como números y no como personas pero esto es un capítulo aparte.

Pués bién, mi corazón acaba de enterrar a Sa Nostra. Ayer le dije adiós definitivamente y no lo digo por que haya abandonado mi banco, ahora llamado Bankia. Veremos si lo hago próximamente o no.

 

La cuestión es que una empleada muy amable me indicó que a mediados de marzo, todo absolutamente todo será Bankia, incluyendo obviamente las condiciones para los clientes. Y estas variaran, vaya si lo harán. Para empezar el nuevo banco no permite añadir o quitar cotitulares de una cuenta como se ha hecho toda la vida. Si se quiere una cuenta con alguien hay que crearla nueva y si se quiere quitar a alguien hay que eliminar esta cuenta para crear otra nueva. En fin, cosas que escapan a mi limitado entendimiento sobre bancos.



Eso si, espero y deseo que la nueva Bankia de Baleares no se encoja, ni abandone plazas históricas en nuestros pueblos. Este sería un gran error si el banco quiere tener un mínimo de credibilidad y buen servicio en nuestras islas. Para empezar ya se van a cerrar algunas oficinas y decenas de trabajadores se irán a la calle. Pero bueno esto siempre pasa con cualquier fusión que se precie. Los que están situados más abajo en la cadena son los primeros en padecer las consecuencias de las grandes decisiones empresariales.



Pronto se resolveran muchas dudas y veremos como es y como se comporta la heredera de Sa Nostra y BMN en nuestras islas.

Adiós Sa Nostra