martes. 16.04.2024

 

La Dirección General de Consumo da una serie de recomendaciones y consejos para disfrutar mucho más y con seguridad las fiestas de Carnaval que cada año se celebran en las calles de nuestros pueblos.


 

Para divertirse durante estas celebraciones con absoluta seguridad y confianza es preciso adquirir productos que, cumpliendo con las instrucciones de uso y advertencias indicadas, no impliquen un riesgo para la salud y seguridad de los consumidores.


 

En este sentido, la compra de disfraces y accesorios debe seguir los mismos estándares de calidad y seguridad exigidos para cualquier otro producto, con independencia de que sólo se utilicen durante un par de días.


 

La Dirección General de Consumo aconseja que, en caso detectar alguna irregularidad en los productos adquiridos, los consumidores se dirijan a las oficinas de consumo donde recibirán el asesoramiento necesario.



 

Los disfraces para niños se consideran juguetes; por lo tanto, tienen que cumplir los requisitos de seguridad y las normas específicas que se apliquen en función del juguete (piezas pequeñas, ventilación, inflamabilidad...).


 

Cordeles: los disfraces para menores de 7 años no pueden llevar cordeles en la zona del cuello; para mayores de 7 años, los cordeles no pueden ser superiores a 7,5 cm de longitud.


 

Comprobar que sean adecuados a la edad del niño y evitar comprar disfraces de marcada distinción sexista. Debe respetarse la edad recomendada indicada en la etiqueta, así como las advertencias e instrucciones de uso.


 

Comprobar que tanto los disfraces como los complementos (arcos con flechas, pistolas, sombreros, diademas...) no tengan partes puntiagudas ni piezas pequeñas que puedan desprenderse porque puede comportar riesgo de asfixia.


 

Cuidado con el fuego y fuentes de calor: los disfraces, pelucas y máscaras tienen que estar fabricados con materiales no inflamables o de baja combustibilidad.


 

Intentar que los disfraces no sean demasiado largos para evitar que los niños puedan caerse.


 

Máscaras: si van a utilizarse máscaras, caretas y similares debe tenerse en cuenta la edad de la persona que va a usarla. Es fundamental comprobar que los orificios (ojos, nariz, boca) tengan la adecuada apertura y tamaño para evitar riesgos de asfixia. Es importante también que estén hechas con materiales no inflamables.


 

Maquillaje: debe indicar la caducidad y componentes para evitar alergias (proteger la piel con una capa de crema hidratante y el maquille encima). Es recomendable no usar estos productos en menores de 3 años.


 

Etiquetado: todos los productos tienen que ir etiquetados y llevar el marcado CE (que significa que cumple con las exigencias esenciales de seguridad previstas en las normas comunitarias), el nombre y marca del producto, la razón social y dirección del fabricante, importador o vendedor, es decir, un responsable, las instrucciones y advertencias de uso.


 

Facturas o tiques de compra: solicitar siempre y conservar las facturas o tiques de compra, puesto que son la garantía y pueden necesitarse en caso de reclamación.


 

El establecimiento no tiene la obligación de aceptar cambios si el producto está en perfecto estado. Hay que informarse antes sobre la política de cambios.


 

En definitiva, si se compra el disfraz, es aconsejable no hacerlo en comercios esporádicos sino en comercios responsables donde puedan informar y atender ante posibles reclamaciones. 


 

Si decide hacerse su disfraz, puede reciclar materiales que no utilice y ser creativo. Más creatividad y menos consumismo. Anímese a estimular su creatividad y la del niño implicado. Fabricarse el disfraz uno mismo puede ser tan divertido como llevarlo puesto.


 

Y recuerde que todas las empresas deben tener hojas oficiales de reclamación. Es garantía para el consumidor escoger empresas adheridas al sistema arbitral de consumo.

Consejos para comprar productos de Carnaval