sábado. 20.04.2024

Éste es ...¡su gran cambio!

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Hoy debería escribir algo sobre el 30% de éxito de ‘Mar de Plástico’, en simulcast, en Atresmedia. O quizás sobre la batería de estrenos que comenzaron el lunes en USA. Sin embargo, antes de meterme en otros berenjenales, quiero hablar de uno de los espacios más entretenidos que se emite ahora en nuestra tele: ‘Cámbiame’.

 

‘La Fábrica de la Tele’ ha creado una fórmula televisiva que asegura la curva creciente de un programa de televisión desde que empieza hasta que acaba. Y esto es muy bueno porque, cuántos más minutos de buenos datos, mejor el dato final del programa. Me explico. La mecánica del makeover de Telecinco tiene su ‘momentazo’ en el último instante, justo cuando vemos el cambio que le hace uno de los estilistas al participante de ese día. Eso hace que, aunque a uno se la bufe el programa desde las 14.24 hasta las 14.54 (momento en que se conoce al afortunado y/o afortunada que deja de ser un orco durante cinco minutos), el público conecte con Telecinco antes de las tres de la tarde para ver a la nueva ‘Cenicienta’. La cadena confía mucho en este programa por los esperanzadores datos que tiene respecto a su antecesor ‘Robín Food’, porque es barato, y porque ‘Cámbiame’ ha demostrado que el espectador, ya puesto, se queda un ratillo a ver el informativo de David Cantero.

 

A mí el programa, por si no lo he dicho ya 500.000 veces a lo largo de este ‘puto verano infernal de calor’, me parece la leche. Es un talent, makeover, y talk-show. Es como Nacho Vidal. ¡Lo tiene todo! Todo lo importante, vaya. Además el equipo comienza a dar en el clavo con el casting de participantes. Julio y Agosto han pinchado en muchos programas. Sin embargo, ‘Cámbiame’ mejora día a día. Es que claro es necesario que detrás haya una historia lo suficientemente atractiva para enganchar a la gente durante los 20 minutos en los que Pelayo, Cristina, o Natalia, están dando vueltas por Madrid en busca de algo decente que poner al concursante.

 

Creo que ‘Cámbiame’ me gusta porque todos queremos cambiar. De uno u otro modo, todos fantaseamos en algún momento con ser alguien nuevo (atención a mi momento ‘flipada máxima’), ¿o no?. Como dice mi mejor amigo, “¿A quién no le gustaría salir a la calle y que pensarán ‘vaya favor’ tiene este tío?”. ¡Pues a todos!

 

Natalia no me convence. Nada. Y Pelayo me gusta pero no termina de ser natural. Cristina está sobreactuada pero es la más auténtica. Quizás daría una vuelta y buscaría por si encontramos algún coach mejor. ¡Quizás eh!, no estoy seguro de esto, pero me ronda la idea. A Marta Torné no la cambio porque está como siempre: profesional, televisiva, y bella.

 


Y tú, ya sabes… ¡Cambia!

 

Éste es ...¡su gran cambio!
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