sábado. 04.05.2024

La escalada de precios en el sector inmobiliario en Baleares se ha convertido en una constante. Solo en el último año Palma fue la capital de provincia donde más se incrementaron los precios con un 9,58% de aumento para llegar a una media de 2.425 euros el metro cuadrado.

 

La capital balear (0,93%) arrojó el cuarto incremento mensual más alto de España. Además fue la quinta capital de provincia más cara, en un listado liderado por Barcelona (3.925 €/m²).

 

Según el informe mensual de precios de venta de www.pisos.com, la vivienda de segunda mano en Baleares en febrero de 2018 tuvo un precio medio de 2.409 euros por metro cuadrado.

 

Esta cifra registró un ascenso mensual del 0,69%, el quinto más llamativo del país. Interanualmente, creció un 7,20%, registrando la segunda subida más relevante del panorama nacional.

 

Baleares fue la segunda autonomía más cara del país, únicamente por detrás del País Vasco (2.514 €/m²). En el ámbito provincial, Baleares fue la tercera más cara.

 

En cuanto a la vivienda de segunda mano en España, en febrero de 2018 registró un precio medio de 1.574 euros por metro cuadrado, con un descenso mensual del -0,06%. De un año a otro, esta cifra marcó una subida del 2,21%.

 

La consolidación del crecimiento del precio de la vivienda será la tónica que defina 2018. Según Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, “la recuperación es un concepto que se queda obsoleto a la hora de definir el actual estado del mercado de la vivienda, dado que los principales indicadores han superado esta fase”.

 

Para el portavoz del portal inmobiliario, “el sector residencial se ha estabilizado de forma casi definitiva en las plazas más afianzadas, como por ejemplo las principales capitales, mientras que las zonas que aún arrastraban descensos debido a su stock, comienzan a reforzarse gracias a porcentajes de incremento contenidos”.

 

En opinión de Font, “es esencial que se produzca un desbloqueo de los suelos finalistas allí donde la obra nueva sirve de bálsamo para que la segunda mano no se dispare”.

 

El experto insiste en que “el reto que se nos plantea de aquí a un par de años es conseguir que haya un equilibrio entre ambas tipologías, con el fin de ofrecer un producto adecuado a la demanda, sean cuales sean sus necesidades”.

 

Ante las voces que hablan de un posible riesgo de burbuja, Font se muestra bastante tranquilo: “La facilidad con la que se condecían hipotecas en los años previos al estallido de la crisis no es comparable con los estrictos controles de solvencia que actualmente se están aplicando”, indica Font, añadiendo que, “actualmente, no se dan las condiciones para que una situación así vuelva a repetirse en el corto plazo”.

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