domingo. 28.04.2024

Santanyí es un municipio con una economía dinámica que vive enfocado en el turismo y en la actividad inmobiliaria. Desde Economiademallorca hemos invitado a su alcalde, Llorenç Galmés, a realizar un análisis de esta realidad económica.



-¿Cómo definiría el momento económico que vive Santanyí?

-La situación en general es buena. Para explicarla pienso que hubo un antes y un después de un proyecto que fue controvertido en su momento pero ha sido todo un acierto y que fue la peatonalización de la plaza.


A partir de este hecho aumentó el número de comercios, se reformaron tiendas, abrieron más restaurantes y esto hizo que otros núcleos del municipio como Llombarts, s’Alqueria o Calonge fuesen a galope detrás.

Históricamente en Santanyí la actividad económica principal se encontraba en la costa. Esto cambió en el momento en que turistas con potencial económico descubrieron el pueblo y les gustó tanto que apostaron por tener aquí una segunda residencia. El turismo residencial ha generado una espiral económica positiva en Santanyí.


La reforma de la plaza también potenció el mercado hasta convertirlo en solo una década en un referente en Mallorca. Tenemos una lista de espera de 100 puestos y nos resulta inviable ampliar el mercado para no colapsar el pueblo.


-Dada la importancia del turismo vacacional. ¿Les afecta la nueva normativa regulatoria?

-La zonificación turística que ha aprobado el Consell está hecha con los pies y la rechazamos frontalmente. Creemos que será como poner una barrera para que el dinamismo económico del municipio se vea ralentizado.

Le pondré un ejemplo. Nos han dicho que Llombarts es un núcleo saturado vacacionalmente cuando en 2016 había 216 residentes y solo 5 establecimientos de alquiler vacacional. En el municipio no hay conflictos de saturación. Existe una convivencia ejemplar entre los turistas y los residentes.


Tenemos personas europeas que vienen al municipio con dinero, gastan en las tiendas, en los hornos, en los restaurantes. ¿Por que hay que ponerle barreras?


Además ahora hay gente con préstamos pedidos que está rehabilitando viviendas con la expectativa de alquilarlas vacacionalmente y devolver estos préstamos. ¿Qué va a pasar? No acabarán la obra y no podrán devolver el préstamo y tendrán que vender la casa.


Tampoco no entiendo lo de que solo se pueda alquilar 60 días y la vivienda habitual. En ningún momento se dice que estos dos meses no sean julio y agosto cuando más turistas tenemos. ¿De que sirve en realidad?


-¿Qué repercusión tendrá el Plan de Equipamientos Comerciales sobre el municipio?

-En Santanyí hacemos muchas campañas para promocionar el pequeño comercio de calidad que tenemos pero también es verdad que hay un movimiento de gente que, para compras grandes se desplaza a superficies más grandes en Campos o Felanitx. En Santanyí solo tenemos dos medianas superficies. En su día, fijamos que todo el crecimiento comercial grande se debía realizar en el polígono por que creíamos que el pequeño comercio debe mantenerse en los núcleos urbanos.


Ahora el Consell nos quita este uso comercial del polígono y lo autoriza dentro del núcleo urbano con un máximo de 2.500 metros. Si una superficie mediana quiere implantarse aquí tendría que demoler muchas casas en el centro y nos oponemos. Además, en Cala d’Or entendemos que se tiene que ser menos restrictivo y no solo autorizar comercios de 700 metros sino llegar a los 2.500.


-El sector inmobiliario tiene un peso enorme en Santanyí. ¿A qué lo atribuye?

-Hay un doble factor. Por un lado somos un municipio costero atractivo en el que mucha gente de otros países europeos ha querido instalarse y lo ha hecho con viviendas de alto nivel en suelo rústico. Esto ha generado un movimiento constructivo primero e inmobiliario después. No podemos pasar por alto que, de 15.000 empadronados tenemos a 1.000 alemanes y a 700 ingleses.


El segundo factor ha sido la recuperación del núcleo histórico. Ha habido muchas reformas de casas que han ido después al mercado de alquiler o al de compraventa. Han sido extranjeros los que han traído el dinero e invertido en el pueblo. Gracias a este mercado de alquileres largos de 3 o cuatro meses se han podido rehabilitar muchas casas antiguas con lo que, además hemos salvaguardado la fisonomía tradicional de la piedra de Santanyí.



-En materia turística. ¿Que previsiones se manejan de cara a la próxima temporada?¿Como tenemos las grandes asignaturas pendientes de la diversificación y la desestacionalización?

-De cada vez tenemos más turistas en casas vacacionales que vienen más allá del verano. La gente viene por Pascua o por Navidad. Esto es desestacionalizar también.


Es verdad que la planta hotelera tiene cerrado en invierno pero hay dinamismo turístico todo el año. Las previsiones de cara a la temporada alta vuelven a ser muy buenas. Venimos de tres años batiendo récords uno tras otro pero las expectativas son muy buenas. Las dos últimas temporadas los hoteles han cerrado con una media de casi el 90% de ocupación y alargando la temporada hasta finales de octubre.


Como Ayuntamiento seguimos cuidando y promocionando el segmento de sol y playa pero creamos alternativas como rutas ciclistas o también dando protagonismo a la cultura. En 2017 hubo más de 200 actos culturales en Santanyí y en buena parte de ellos la presencia de extranjeros fue muy destacable.


-Pasemos a otra cuestión de moda. ¿Qué hacemos con el superávit si siguen los límites del ministro Montoro?


-Al ministro Montoro en su momento no le quedó otra opción que poner límites severos al despilfarro acumulado durante la última legislatura del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. Cuando se pusieron las restricciones todos los municipios tuvieron que cumplir, tanto los que habíamos hecho los deberes y teníamos una buena situación como nosotros, como otros que no lo hicieron.


El ayuntamiento de Santanyí ha tenido y tiene una situación económica muy buena por que hemos administrado el dinero de todos los ciudadanos como si estuviéramos en una economía doméstica. No gastamos por encima de nuestras posibilidades. En otros ayuntamientos no ha pasado esto y tienen agujeros de deuda muy grandes.


Se tiene que reconocer que se han suavizado mucho las restricciones. Soy partidario de dar más facilidades a los Ayuntamientos para invertir en los municipios pero sin que sea una barra libre para todo el mundo. Hay que ser cautos. A nosotros mismos nos ha venido bien tener un cojín económico en el banco ya que hemos tenido que afrontar pagos por valor de más de 10 millones de euros en expropiaciones procedentes del año 84.


-¿Que postura tiene el ayuntamiento en materia impositiva?

-Además de tener un ayuntamiento saneado literalmente con una deuda cero en estos momentos lo que queremos es trasladar esta buena situación a los ciudadanos. Si en tiempos de crisis hemos congelado 7 o 8 años los impuestos para no cargar más las economías domésticas, ahora hemos bajado el IBI un 10% dos años seguidos.


Creemos que si los ciudadanos tienen más dinero en sus bolsillos pueden consumir más y generan una espiral económica positiva.

Llorenç Galmés: "El turismo residencial ha generado una espiral económica positiva en...