viernes. 29.03.2024

Balears ha mejorado a lo largo de los últimos años el balance de género en sintonía con la tendencia generalizada en el entorno nacional y europeo.

 

Así mismo, el archipiélago tiene todavía camino por recorrer en este ámbito, pues siguen detectándose áreas de mejora para asegurar que desequilibrios por razón de género no erosionen el potencial tanto económico como social de las islas.

 

En este contexto, el Índice de Desigualdad de Género, propuesto por Naciones Unidas y elaborado por Impulsa Balears a nivel regional, permite aproximar los logros conseguidos en esta materia a través del establecimiento de una puntuación que oscila entre 0 (desigualdad nula) y 1 (desigualdad máxima) atendiendo, principalmente, a aspectos relacionados con la salud, el empoderamiento femenino y el mercado laboral.

 

Los resultados obtenidos para el ejercicio 2016 señalan que Balears, con una puntuación de 0,089, supera la media nacional (0,061) y se mantiene en la tercera posición del ranking autonómico, precedida por Murcia (0,128) y La Rioja (0,092), que presentan los índices más elevados de desigualdad.

 

En cualquier caso, las islas han conseguido a lo largo de la última década rebajar sustancialmente la puntuación en desigualdad, pues el índice que se computaba en 2006 se ha reducido en más de un tercio (-39,4%) de acuerdo a la tendencia general expresada a nivel nacional (-43,3%).

 

Desde Impulsa Balears se advierte de la importancia estratégica que reviste para las islas avanzar hacia un balance de género más equilibrado, pues en palabras de Antoni Riera, director técnico de la fundación, «las islas necesitan asegurar la capacidad de que toda la sociedad pueda participar y beneficiarse del progreso económico para reposicionarse competitivamente entre las regiones más avanzadas de Europa. Hoy es preciso reducir desigualdades para ganar competitividad».

 

Al hilo de este argumento, la Unidad de inteligencia económica, con motivo del Día Internacional de la Mujer ha incorporado a i|global –el monitor de vigilancia continua orientado a facilitar el planteamiento de directrices estratégicas de competitividad– el seguimiento del balance de género en las islas como palanca estratégica.

 

Y es que, en palabras de Aina Ripoll, directora de la unidad, «cualquier propuesta estratégica orientada al impulso de la competitividad global de Balears debe abordar de manera igualmente holística la perspectiva de género, pues es necesario que la política y planes de acción derivados operen desde la mayor transversalidad posible».

 

En este sentido, cabe recordar que de acuerdo a la reciente actualización del índice de competitividad global (i|ICG), la fundación puso de manifiesto que la posición de las islas en el entramado regional europeo sigue condicionada a la mejora de los impulsores de la eficiencia, entre los que el balance de género ligado al ámbito de la educación superior o la tasa de empleo sitúa el archipiélago en un tramo de competitividad ‘media’ (posiciones 122 y 104, respectivamente, de 264 regiones de la UE-28).

 

Desde este punto de vista, Aina Ripoll señala que «monitorizar es el primer paso para garantizar que desigualdades por razón de género impidan el pleno aprovechamiento de las capacidades presentes en el archipiélago. Una cuestión que Balears hoy no se puede permitir ante la necesidad de apostar definitivamente por los impulsores de la eficiencia».

 

En esta línea, la monitorización continua del balance de género pone de manifiesto la necesidad de evitar que la mayor incidencia femenina tanto en materia de formación superior (34,5% vs 26,3%, masculina) como de aprendizaje a lo largo de la vida (10,2% vs 7,3%, masculina) sigan conviviendo con la menor presencia de la mujer en segmentos productivos avanzados –como son las manufacturas intensivas en tecnología y servicios intensivos en conocimiento (20,9% vs 79,1%, hombres)–,  mayores tasas de sobrecualificación (21,8% vs 12,9%, hombres) y menores salarios por hora, especialmente en las categorías profesionales medias (87,9%, respecto hombres) y altas (89%, respecto

Baleares, la tercera comunidad con mayor desigualdad por razón de género