viernes. 29.03.2024

 

Ángel Sbert, cuyas raíces se hallan en la población menorquina de Alaior, constituyó en Palma, en el año 1968, la empresa La Herramienta Balear. Tras su fallecimiento en 2009, tres de sus cuatro hijos llevan las riendas de la compañía, que se apresta a celebrar su 50 aniversario con una plantilla estabilizada y con una sede central –en la calle Gremio Boneteros del polígono de Son Castelló- ampliada sustancialmente en 2015 para dar mucho mayor protagonismo a la zona de exposición.


Sus hijos recuerdan de Ángel Sbert su permanente inquietud por mejorar, por dar un mejor servicio al cliente… “Mi padre creó la empresa después de trabajar largo tiempo en compañías del sector. No tenía estudios, porque no pudo tenerlos, y empezó desde la base, como mozo de almacén. Recuerdo su total implicación para con el trabajo, pero con un aspecto muy destacable que nos inculcó desde el primer día: había que discernir entre lo que pasaba en la empresa y lo que era la vida en casa, puesto que consideraba muy importante poder desconectar”, rememora Damián Sbert.


La primera sede de La Herramienta Balear (dedicada al suministro de herramientas y útiles para profesionales) estuvo en la calle Pedro Alcántara Peña, para pasar cinco años más tarde a la calle Aragón. “Siendo niños ya teníamos vínculo con la empresa. De hecho, el autobús de la escuela nos dejaba justo en frente de la misma, en la calle Aragón. A mí particularmente, siempre me gustaba pasar ratos ahí. Desde la adolescencia, pasábamos los  veranos trabajando, aportando nuestro granito de arena al crecimiento de la empresa. Yo lo vivía como un premio, me gustaba aquello”, comenta Damián.


También rememora que él y su hermano acompañaban a su padre a ferias del ramo en la Península para que se fueran imbuyendo de todo lo que tenía que ver con el negocio. Los cinco sentidos puestos en el mismo para su progresión diaria, con nuevas referencias de producto y, sobre todo, un servicio al cliente diferencial.

 

“El mundo de la empresa nunca ha sido fácil, y ahora menos. Escuché en una conferencia de la Asociación Balear de la Empresa Familiar que antaño los grandes cambios se correspondían con los cambios generacionales. Ahora no, ahora todo cambia a mucha mayor velocidad, ya sea por la tecnología, por la globalización… Y lo cierto es que para poder seguir el ritmo de esos cambios, se requiere mucho esfuerzo y mucha formación”.

 

"El mundo de la empresa nunca ha sido fácil, y ahora menos"


Un punto de inflexión en la trayectoria de La Herramienta Balear fue el traslado de la sede central al Polígono de Son Castelló, donde está desde 1999. El crecimiento de la empresa así lo recomendaba. En cualquier caso, según Damián Sbert, “desde fuera siempre es muy fácil llevar la contabilidad de los demás; sólo vemos el ‘haber’, pero no el ‘debe’. Y detrás de todo empresario hay mucha vocación, mucho esfuerzo, muchos quebraderos de cabeza…, aunque también hay alegrías y satisfacciones, claro está”.


En esta misma línea, añade: “Con motivación y vocación, los sacrificios del empresario se hacen mucho más llevaderos. En caso contrario, son mucho más difíciles de asumir. Soy de la opinión de que la constancia en el mundo empresarial es básica; hay que perseverar, estar ahí un día sí y al siguiente también; tienes que gestionar adecuadamente los recursos, conocer el entorno, los clientes, los proveedores, las nuevas técnicas…”.


A propósito de la formación, ésta ha sido una de las bases que en La Herramienta Balear siempre han tenido muy en cuenta. “Constantemente, hay que formarse e informarse. Y para la formación, nosotros contamos con la ayuda inestimable de varios de nuestros proveedores. Porque, como solía decir mi padre, ‘el sistema no puede fallar’. El valor añadido que damos al cliente viene a través de la entrega inmediata, el stock de producto, la asesoría técnica… y tenemos que estar preparados para ofrecer el mejor servicio en esos aspectos”.


A pesar de la fortaleza y de los buenos cimientos de la empresa, no pudo permanecer ajena a la crisis. Una crisis que, por su gravedad y duración, sorprendió a propios y extraños, “especialmente, al menos en mi caso, por la rapidez con la que se desarrolló. Nos permitió darnos cuenta de que muchas empresas tenían una estructura frágil. Muchas, por desgracia, se han quedado en el camino –comenta Damián Sbert.

 

Creo que el componente suerte es importante en esos casos, porque el empresario siempre juega con el riesgo. Claro está que, además de la suerte, importa (y mucho) el hecho de tener una buena gestión, una buena gerencia empresarial”.


En este sentido, el menor de los hermanos Sbert se manifiesta “orgulloso” por el hecho de que La Herramienta Balear haya sabido salvar la crisis, aunque para ello haya sido necesario tomar “decisiones difíciles, sobre todo el despido de personas a las que conoces y aprecias”. Dice Sbert que “lo peor de la crisis para nosotros creo que ha quedado atrás, pero se trata de estar preparado para las siguientes, porque seguro que, tarde o temprano, llegarán”.

 

"Lo peor de la crisis ha quedado atrás, pero se trata de estar preparado para las siguientes"


Respecto al papel que, en muchas ocasiones, se otorga en los últimos tiempos a los empresarios como si fueran los culpables de muchos de los males de nuestra sociedad, Damián Sbert tiene una opinión muy clara. “¿Los malos de la película? Entre los empresarios, como en todos los colectivos, hay personas de todo tipo y condición. Pero particularmente en los polígonos la mayor parte de los empresarios son personas hechas a sí mismas, que han crecido junto a sus empleados. Muchas veces la relación va más allá de lo profesional, para entrar en lo personal. Por tanto, no estoy de acuerdo en que los empresarios tengamos que ser vistos como los malos de la situación económica actual”.


En sus inicios, la empresa contaba con pocos trabajadores (cuatro o cinco); en la actualidad está en 37, mientras que el punto máximo de personal contratado fue antes de la crisis, con 45 empleados. Uno de ellos, Bernat Sabater, supera los 45 años de trabajo en la empresa. Además, una decena supera los 20 ó 25 años en La Herramienta Balear.

A lo largo de todos estos años, la empresa ha vivido en primera persona la idiosincrasia de Mallorca y, también, de su economía. “Diría que somos muy ‘roquers’. Como nos jugamos lo nuestro en nuestras empresas, los empresarios mallorquines solemos ser reservados, desconfiados…”.


Damián Sbert habla de la incorporación de la tercera generación de los Sbert en la empresa. “La ilusión de que tengamos una continuidad familiar en la dirección de la empresa está ahí; cada uno de los hermanos hemos tenido dos hijos. Pero lo tenemos que organizar bien; del mismo modo que nuestro padre nos dejó una empresa con una estructura muy firme y un recorrido de futuro muy claro, ahora nos corresponde a nosotros dejar a nuestros hijos una empresa con cierta estabilidad y garantías. A nuestros jóvenes, yo les denomino la primera generación Smartphone. Las nuevas tecnologías no es lo que viene, es lo que hay”.


En todo caso, en La Herramienta Balear –según comenta Damián Sbert- abogan por la entrada de savia nueva, de jóvenes que aporten su visión de las cosas, nuevos planteamientos y actitudes… Con ello, el beneficio será para la empresa y también para sus clientes.


En este sentido, afirma que “en la empresa valoramos la personalidad de las personas que contratamos. Contamos mucho con la gente joven, y les queremos dar una formación profesional acorde con las necesidades y la idiosincrasia de La Herramienta Balear”.


Con jóvenes y mayores, con clientes y proveedores, pero sobre todo con un rumbo muy claro, lo cierto es que lo que empezó como un local en la calle Pedro de Alcántara Peña, se ha convertido en una inmensa central (en Son Castelló), además de sedes en los polígonos de Can Valero, de Marratxí y Son Bugadellas, en Calviá. “Hoy en día el mercado está en los polígonos. Y es importante que mantengan buenas comunicaciones”, asegura Damián, que añade que el reto diario de La Herramienta Balear es “ofrecer un buen servicio y un valor añadido a los clientes”.


¿Qué le dice la palabra crisis? Gestión. Si algo ha aprendido de la crisis de estos últi mos años es que “sin gestión no se superan los obstáculos”. El mundo no ha cambiado tan deprisa como en la actualidad y en los cambios están las oportunidades, por esto “no podemos quedarnos parados”.


En su agenda diaria, además de mucha ilusión, innovación y ganas de superación, tiene un abanico de peticiones. A las Administraciones, simplificación en mayúsculas. “Tanto las empresas ya consolidadas como las de nuevos emprendedores necesitan facilidad en los trámites”. A las entidades financieras, apoyo. “Las empresas jóvenes de ahora serán las grandes empresas del mañana. Todo nuevo proyecto tiene un componente de riesgo, pero si sólo financiamos lo ya consolidado, sólo avanzamos, pero no evolucionamos y el mundo está en constante evolución. Para ello se precisa de una simplificación de la administración eliminando trabas burocráticas y en muchos casos innecesarias”.

 

"Tanto las empresas ya consolidadas como las de nuevos emprendedores necesitan facilidad en los trámites”


Si algo contagia es el positivismo ante el futuro y aboga por un crecimiento sostenible y consolidado de las empresas baleares. “Es necesario crecer pero con bases sólidas. Dar un salto cuantitativo en una empresa consolidada es tan importante como abrir un nuevo negocio, por lo que es necesario redactar un plan estratégico y analizar si es rentable crecer”. Pero, además, cree que la innovación y el talento deben jugar un papel clave. “Es fundamental no anclarse en lo que ya funciona ahora, esto no refrenda que en el futuro siga siendo igual; por lo que los gestores de empresas deben estar atentos siempre a nuevas oportunidades”.


Si su padre defendió siempre las siglas de ASIMA, él junto a su hermano siguen su estela y participan activamente en la vida de la asociación. “Nuestro mensaje de futuro se llama unidad, no sólo como la asociación que ya somos, que, sin lugar a dudas, se gestiona extraordinariamente, sino también buscando el encuentro constante entre empresarios”.

Damián Sbert: "Con motivación y vocación, los sacrificios del empresario se hacen mucho...