El Hotel Son Jaumell, ha empezado la temporada turística con grandes expectativas y con unas cifras de ocupación muy positivas. Desde que abrió el pasado 17 de marzo, el establecimiento ha conseguido elevar un 10% su ocupación en Semana Santa y en las últimas semanas tocar el 100% de ocupación en sus 24 habitaciones de diferente formato. Además, el horizonte del mes de mayo es muy optimista.
La directora del hotel, Suzanne Turowski, explica que entre junio y septiembre tenemos ocupaciones que rozan el 90% “si bien aún es pronto para concretarlo puesto que nuestras reservas suelen entrar muy a última hora”.
La clave del buen funcionamiento del hotel, según Turowski reside en la combinación entre exclusividad, lujo, autenticidad y ambiente relajado. “Nuestros huéspedes buscan sobre todo desconectar del mundo y relajarse en un ambiente con los detalles cuidados” explica Turowski que comenta que la oferta gastronómica cada vez tiene más peso.
Y es que en Son Jaumell se encuentra el restaurante gourmet de Andreu Genestra, con estrella Michelín. Además, ahora se está potenciando el restaurante Senzill, mucho más informal pero también dirigido por Genestra y con una gastronomía de calidad y muy cuidada. De hecho, este restaurante se está dando más a conocer entre la población local.
Son Jaumell no tiene un perfil tipo de cliente concreto puesto que recibe visitantes de diferentes nacionalidades desde alemanes e ingleses hasta australianos pasando por norteamericanos o japoneses. El boca a boca, asegura Turowski que es clave. Afirma que tiene un altísimo porcentaje de repetidores. Son clientes que hasta realizan estancias cuatro veces al año y que reservan directamente sin pasar por ninguna plataforma. Muchos aterrizan en el hotel a través de Booking o Expedia pero después ya reservan sin intermediarios.
Otro aspecto a destacar ha sido el incremento de clientes suecos a raíz de la publicación de un reportaje en la prensa local. Algo similar ocurrió con los turistas ingleses por la inclusión de un artículo en el Times.
Turowski asegura que lo que más aprecian los clientes es la tranquilidad y el hecho de que todos los detalles de ambientación del hotel sean mallorquines.
