martes. 23.04.2024

 

Una situación tan común como salir a tomar algo con nuestros amigos o familiares, puede resultar en el mejor espejo de la economía en la actualidad. La sociedad evoluciona, y junto a ella, las formas que tenemos de dividir una factura cuando llega la hora de pagar. ¿Cómo se hacía antes? ¿Cuál es la forma más típica de hacerlo ahora? Todas estas preguntas y más se van a resolver en los siguientes párrafos.

 

El mundo se adapta a diversas formas de pagar sus deudas. La economía de casa, la del hogar, se conformaba hace no demasiado tiempo en una sola cuenta bancaria para todos los integrantes de la familia. De esta forma, tanto los padres como los hijos sacaban dinero de un mismo lugar y había una persona que controlaba todo por encima del resto. Ahora, cada uno tiene su propia cuenta bancaria para sus gastos. Estos métodos de separación de los bienes monetarios son prácticamente los mismos que se aplican en el caso de la división de facturas en los establecimientos.

 

El ejemplo de la salida al bar para comprobar la evolución en las formas de pago

 

Con un ejemplo todo se ve de manera mucho más sencilla. Pongamos que cuatro amigos se reúnen para salir a tomar unas bebidas a un bar cercano. Llegada la hora de pagar por los productos que han consumido, el reparto se puede realizar siguiendo distintas vías: una de ellas es la de “escote”, es decir, todos pagan por igual aunque haya alguien que haya consumido más.

 

La segunda manera es la de poner un fondo. Esto quiere decir que antes de salir, los integrantes del grupo marcan un límite de presupuesto y llenan un monedero con el dinero de cada uno. Así, todo lo que cueste aquello que tomen va a ser pagado con el dinero de todos. El saldo restante deriva en próximas salidas.

 

Y por último se encuentra el pago más común en la actualidad: la división personal de las facturas. La sociedad se vuelve cada vez más egoísta y cada persona apuesta por pagar su parte, sin preocuparse del resto. Esto deriva en una proporción de propina menor para el servicio de hostelería, y una atención al cliente aún más lenta debido a que se realiza uno por uno. No se trata, ni mucho menos, de una forma peor de escoger cómo realizar el pago; es solo una opción complementaria aunque un tanto más lenta y que de buen seguro proseguirá en su evolución como las anteriores.

 

Ahora que viene el verano y es temporada de salida a tomar un refrigerio en algún local al lado de la costa, sobre todo en Mallorca, se hace más intrigante ver por qué senderos evolucionará la división de las facturas. Hoy en día la sociedad elige el camino “solitario”, pero puede ser que en los meses estivales se pase a otro método más rápido o más efectivo, dependiendo de la capacidad económica de cada persona y el montante de dinero que haya que pagar.

Cómo evolucionan las formas de pago en establecimientos
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