jueves. 18.04.2024

Movilidad sostenible ‘para todos’

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El coche se ha convertido, sobre todo en una isla como Mallorca, en una extensión de nosotros mismos. Las políticas de infraestructuras que se han realizado desde hace décadas en la isla junto con la evolución social y la voluntad de independencia en la movilidad junto con la falta de transporte público eficiente han abocado a una dependencia brutal del coche.


En el plano comercial se ha favorecido un modelo muy americanizado de ubicación de grandes polos de atracción en las zonas periféricas o en los extremos de la ciudad. Hablo de los Porto Pi, Carrefour, Alcampo, Mallorc Fashion Outlet o más recientemente Fan Mallorca, etc…


Todas estas moles comerciales han basado su funcionamiento en conseguir conexiones magnificas con las infraestructuras existentes para tener buena conectividad y, además, habilitar grandes aparcamientos.


Ello ha hecho que muchísimas personas hayan abandonado la costumbre de callejear por Palma por los diferentes pueblos para adquirir unos hábitos de compra nuevos.


En el caso de Palma estos grandes equipamientos han colaborado a saturar las principales arterias de tránsito de la ciudad, especialmente una vía de cintura que en más momentos de los que nos gustaría se colapsa sin remedio y especialmente en verano.


Esta no puede ser la Mallorca ni la Palma que queremos tanto en cuanto a movilidad, como a comercio como a dinamización social. Las medidas que se tomen a partir de ahora deben ir encaminadas hacia una doble vertiente. Por una parte es necesario favorecer mucho más el transporte público pero no solo en forma de más conectividad y frecuencias sino también con unas tarifas económicas para los usuarios. En caso contrario no se conseguirá nada.

 

"Esta no puede ser la Mallorca ni la Palma que queremos en cuanto a movilidad, comercio y dinamización social"


Por otro lado debemos garantizar accesos cómodos a los centros urbanos con aparcamientos disuasorios cuando sea posible y que permitan al visitante dejar el coche a una distancia racional del centro y pasear. En otros casos estos aparcamientos tendrán que ser más céntricos. Lo que si se tiene que tener claro es que cada pueblo, cada ciudad, necesita unas soluciones concretas y a medida.


Además, no estaría nada mal que las administraciones creyeran de verdad en el pequeño comercio y ligaran estas políticas de movilidad responsable, ordenada y sostenible a este sector. Ya que los grandes tienen todas las facilidades del mundo a la hora de crear monstruosos aparcamientos y conexiones, los pequeños tendríamos que recibir la sensibilidad pública para crear sinergias conjuntas.


Aparcar en el centro tiene que ser más barato o gratuito si se compra en el pequeño comercio. Desplazarse en transporte público podría ser también más económico para aquellos que estén con el pequeño comercio. Puede que trasladar estas ideas a la realidad lleve trabajo pero es viable. Solo hay que tener voluntad.

Movilidad sostenible ‘para todos’