viernes. 29.03.2024

La digitalización y robotización conllevará una transformación de las funciones, más que una mera eliminación de puestos de trabajo ya que el 45% de los trabajos actuales podrían automatizarse, pero solo un 10% corre peligro de desaparecer.

 

En un entorno en el que la tecnología impulsará tanto la calidad como las expectativas de los consumidores, será crucial que las compañías garanticen que su estrategia de negocio está bien articulada antes de limitarse a reducir costes. Además, la liberación de recursos llevará a una “reevaluación” de los servicios que ofrecen a sus clientes, tal y como ha publicado la consultoría Oliver Wyman en su informe “Delivering the workforce for the future“.

 

Las compañías convertirán las habilidades humanas en la “verdadera ventaja competitiva”, según Wyman. Este cambio de paradigma supondrá un reto para las organizaciones, que se enfrentarán a la redefinición del “mismo concepto de trabajo”.

 

Los nuevos trabajos que están surgiendo tendrán que contar con “múltiples y diversas habilidades“, independientemente del sector en el que operen, ha asegurado Wyman. En consecuencia, las capacidades técnicas pasarán a ser simplemente un medio “para competir”, mientras que las habilidades humanas serán la ventaja competitiva.

 

Entre las habilidades destacará el dinamismo; clave en un entorno en el que hay que adaptarse de forma continua, saber comunicarse y contar con visión comercial, la devoción por el cliente; la sofisticación y expectativas crecientes de los clientes requerirán una mejora en la capacidad para resolver sus problemas, la empatía; en especial con respecto a los clientes y por último las habilidades de comportamiento.

 

Uno de los retos más importantes a los que se enfrentan las compañías en este entorno de transformación es el funcionamiento dentro de un ecosistema de talento, cada vez más necesario en un medio en el que convergen factores como la falta de talento la contención en costes, la organización de empresas cada vez más horizontales y las generaciones de trabajadores con expectativas cambiantes.

 

Este nuevo panorama exigirá a las compañías gestionar no solo su fuerza laboral interna, sino llegar a múltiples grupos de talento de diferentes generaciones.

 

Principalmente, según destaca Oliver Wyman, estos serán de tres tipos: colaboraciones con otras instituciones; talento autónomo (freelance), impulsado por la búsqueda de una mayor flexibilidad y el trabajo por proyectos de muchos profesionales; y la externalización de tareas, que permite la generación de soluciones más creativas, innovadoras y rápidas.

 

Este nuevo enfoque traerá ventajas  como “la flexibilidad, la eficiencia en costes y el control de costes laborales fijos”, ha concluido la consultora.

Casi la mitad de los oficios actuales podrían automatizarse