jueves. 02.05.2024

 

“La simplicidad es la última sofisticación” ( Leonardo Da Vinci). Esta es la cita que encontramos en la página web www.salvarq.com . Una máxima que el joven arquitecto mallorquín, Jaime Salvá , aplica en su Estudio de Arquitectura situado en el paseo del Borne, en pleno corazón de Palma, y por su forma de hablar pausada, amable y clara la emplea también en su propia vida.

 

Desde pequeño se ha rodeado de planos, diseños, escuadras y lápices. Ya su bisabuelo creó Salvá Construcciones en los años 40, siendo responsable de obras tan importantes como el Palacio March , la Possessió S’Avall, o el edificio de Correos de Palma. Su padre continúa la tradición con Salvá Decoración decorando prestigiosas casas de Zurich, Madrid o Mallorca.

 

Desde que comenzó sus estudios de arquitectura en Barcelona , Jaime Salvá, compaginó los estudios con el trabajo en reconocidos despachos de la ciudad condal. Movido por su inquietud se trasladó a San Francisco donde participó en grandes proyectos como la reforma de la casa de George Lucas o la creación de un edificio de oficinas de Sylicon Valley.

 

“Fueron 12 meses muy intensos que me sirvieron para coger el empuje y la energía necesaria para crear mi propio estudio“, “los americanos no son mejores arquitectos que los europeos pero si tienen una actitud emprendedora de la que nosotros carecemos”, asiente Jaime.

 

De la reforma de la casa de George Lucas asegura que “en aquel momento no era muy consciente de la envergadura de trabajar para Lucas, quizás ahora lo valoraría más”.

 

Cuenta como anécdota que no llegó a conocerle en persona, “el día que tenía que enseñarle  mi trabajo, la volumetría de la casa en planos 3D, me di cuenta que el portátil que llevaba no era suficiente para soportar el peso de los archivos, así que, desestimamos enseñárselo por esa vía porque el ordenador se hubiese colgado, y me quedé sin conocerle”.

 

 “Lucas dibujaba él mismo los trazos topográficos de la casa que me llegaban a mí y, la verdad, estaban muy bien”, “tiene una gran visión espacial”, concluye.

 

A la vuelta de EEUU, en el 2006, Jaime, monta su propio estudio en Palma, “era joven , tenía las ganas y nada que perder” .  A base de tocar muchas puertas y trabajar muchas horas, el estudio empezó a crecer hasta que, en 2008, la crisis, que afectó especialmente al mundo de la construcción , se llevó por delante a muchos compañeros de profesión, que debieron cerrar, emigrar o reciclarse.

 

No fue el caso de Salvá quien afirma haber sorteado casi  la crisis “persiguiendo los proyectos”, “las cosas estaban tan peliagudas que entregábamos anteproyectos a riesgo, sin tener la certeza que nos lo iban a dar”.  

 

Ahora, han pasado de “insistir a los clientes”,  a “poder escogerlos”. Actualmente, tienen cerca de 25 proyectos en marcha. La mayoría, un 60 por ciento se tratan de obras para clientes extranjeros.

 

“Los extranjeros compran los terrenos o las propiedades, las reforman y las venden”, esa suele ser la práctica, afirma. Para Salvá lo principal es poder llevar a cabo el proyecto desde la raíz, sin injerencias, “llegar a un entendimiento con los clientes suele ser la parte más complicada del proyecto”.

 

“Muchas veces hacemos los dos bocetos, su propuesta y la nuestra para tener sobre plano más argumentos para explicar por qué es mejor lo que tú propones”.  Conscientes que Mallorca tiene una extensión limitada, siente un proteccionismo sobre el terreno, y afirma que “el reto está en reconvertir los edificios existentes en mejores”  y para ello, reconoce “ muchas veces sale más a cuenta tirar el edificio entero y reconvertirlo por completo”.

 

Asegura que es fundamental adaptar la normativa en suelo rústico al estilo de vida actual porque “la normativa en suelo rústico tiene unas directrices a nivel estético que invita a copiar el estilo arquitectónico de una determinada época del pasado, cuando el estilo de vida y las estructuras familiares han cambiado.

 

Estas normativas limitan la creatividad”. Hay que adaptar la arquitectura  a los nuevos tiempos, por ejemplo, explica “antes los baños no estaban en las casas”, “hay que hacer casas más funcionales, sostenibles, y energéticamente más eficientes”.

 

Y asevera “La arquitectura vernácula tenía más consideración por los criterios sostenibles que la arquitectura de final de siglo pasado”

 

Cuando le preguntamos por la obra que más destacaría de las realizadas, “esa obra está aún por llegar” sonríe, a la vez que reconoce no querer limitarse a trabajar sólo en Mallorca, “eso nunca se sabe, lo importante es no dejar de evolucionar, no hay que ser conformista”.

 

En mente, proyectos que le gustaría que llegaran como un Museo “por las posibilidades ilimitadas de creatividad que te ofrecen estos espacios” y una Estación Intermodal, “porque tienen un valor añadido, un valor emocional, de encuentros y despedidas, donde suceden cosas, emociones“. Afirmaciones ambas que denotan cierto romanticismo el mismo que impregna su arquitectura.

Jaime Salvà: “El 60% de los encargos arquitectónicos que recibo son de clientes...
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