Desde que se dieron a conocer los resultados electorales he leído; oído mil y un análisis de la complicadísima situación política que se dibuja en estos momentos en el arco parlamentario español. Modestamente lo resumiría de una manera. Han sido unas elecciones absolutamente "in". ¿Los motivos? Vamos a analizarlos.
En primer lugar llegábamos a los comicios en un escenario absolutamente innovador. Por lo tanto cualquier cosa podía pasar. Y realmente ha pasado esta cualquier cosa que se anunciaba. Se acabaron las mayorías. Se acabó el bipartidismo.
Se acabó lo que se daba. La sociedad española es inquieta, y ha pasado el inmovilismo a unas ansias de cambio sin parangón en años. Se esperaba una participación inaudita pero no fue así.
Se nos ha quedado un Parlamento ininteligible, con muy pocas posibilidades de pactos, con unas aritméticas endiabladas para investir presidentes y generar un gobierno con capacidad de maniobra. Ya no hay pactos a dos sino a cuatro y ello se antoja una tarea ardua en unos momentos en los que estaría bien contar con estabilidad y tranquilidad.
¿Es improbable que no gobierne la fuerza más votada por primera vez? Veremos. En todo caso la incerteza es y será absoluta en semanas, sino en meses.
De todo este panorama imposible me quedo con algunos detalles que sólo citaré. En primer lugar la agridulce victoria del Partido Popular que particularmente ha aguantado a pesar de los pesares como fuera más votada.
En segundo lugar la fortaleza sorpresiva de un PSOE que parecía condenado a desmoronarse ante la ola de PODEMOS y que ha superado el tsunami con nota. En tercero las expectativas incumplidas de Ciudadanos. Entrar con 40 diputados en el congresos es un éxito impresionante pero se queda cortísimo después de la burbuja generada y que pinchó.
¿Y de PODEMOS que vamos a decir? Pués que el insaciable Pablo Iglesias dió en el centro con el discurso de una remontada que pocos vaticinaban hace escasos dos meses.
En Baleares pocas consideraciones. El PP continua con su particular travesía del desierto a la que se ha unido un PSOE que ha cosechado lo previsible pero que se ve superado por los podemitas y se va al tercer cajón del podio. Y esto si que hace daño de verdad. El escaño de Ciutadans en Balears era previsible mientras que MES se quedó a medio camino en su travesia a Madrid.
La reflexión llega ahora... El nuevo Congreso es incalificable para empezar, ingobernable para continuar e inestable para acabar. Y ya he perdido la cuenta de los "in" que llevo.
