jueves. 28.03.2024

Sa Nostra: derecho a saber

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Ayer rescatamos una propuesta que fue rechazada en la pasada legislatura, por la mayoría aplastante del PP: la creación de una comisión de investigación parlamentaria que pueda dar luz al proceso de reestructuración de Sa Nostra, la que fuera por más de un siglo la caja de ahorros y pensiones de referencia en Balears.

 

Sa Nostra, como todas las cajas en su día, nació a finales del XIX para fomentar el ahorro y el acceso al crédito huyendo de la usura, y con vocación social.

 

Resistió al "crack" de 1929 y a otras crisis que afectaron a otras entidades financieras locales, como el Crédito Balear, y ya a principios de este nuevo siglo cerca de un tercio de las y los habitantes isleños tenían cuenta en la caja de Balears.

 

Además de eso, buena parte de la creación cultural y artística de varias generaciones siempre fue acompañada por el empuje de la Obra Social, junto con centenares de proyectos sociales encaminados a mejorar la vida de los colectivos más desfavorecidos.

 

Nada de eso queda, ya que después del proceso de reestructuración bancaria, lo que fue Sa Nostra sólo "controla" un 1,8% del nuevo banco BMN, con sede en Murcia. O sea: nada.

 

Y lo que es peor: ahora que todos hablan de la importancia de hacer cambios en nuestro modelo económico y productivo, por el bien común, carecemos de una herramienta financiera propia que nos sería de gran ayuda en este proceso.

 

Y lo digo desde el reconocimiento a la otra caja mallorquina, Caixa Colonya, junto con la de Ontinyent, las dos únicas que han quedado en España después de todo esto, porque no quisieron jugar a ser bancos...

 

¿Qué ha pasado en estos años? ¿Por qué el proceso de reestructuración bancaria se ha llevado por delante a Sa Nostra, que esta misma semana cerraba 15 oficinas (con sus respectivos trabajadores y trabajadoras) en nuestras islas ? ¿Por qué de nuevo ese virus llamado especulación cercenó la vocación social de la entidad?

 

¿Qué pufos inmobiliarios, además del que se juzga en estos días de 50 millones de euros en Miami, generaron los agujeros de la entidad? ¿Por qué se condonaron deudas a personajes como Grande, y por qué se benefició a otros, como Mattias Kühn, mientras se desahuciaba a gente de hogares humildes?

 

¿Por qué se ha tenido que vender el grueso del patrimonio artístico de la entidad, sus edificios emblemáticos, o una finca como Sa Canova, donde nació la agricultura ecológica en Mallorca?

 

Hay demasiados porqués sin respuesta y toda una comunidad que tiene derecho a saber. Hasta ahora, salvo por el interés avezado de algunos periodistas y su trabajo, no hemos podido saber casi nada.

 

La transparencia en todo esto ha sido nula, empezando por un Parlament que en su momento rechazó la creación de esta comisión y que ahora esperamos que con una nueva mayoría por el cambio, contribuya a ese derecho a saber.

 

No se trata de juzgar a nadie, eso ya lo harán los tribunales, sino sobre todo de clarificar responsabilidades y errores en el proceso, de tener información porque lo que se ha perdido con Sa Nostra y lo que ésta representaba lo hemos perdido todas y todos los miembros de esta comunidad, aunque no fueran clientes de la entidad.

 

Con la de Son Espases, ya demostramos que las comisiones de investigación sí que sirven: para obtener esa información que es de interés general por mucho que se quiera tapar. Para que los responsables (gestores, políticos, inversores...) o quien tenga algo que aportar dé cuentas ante la sede de la soberanía popular que es el Parlament. Pero sobre todo, para que la historia no se repita.

Sa Nostra: derecho a saber