Este fin de semana se celebra en el Pati de la Misericòrdia, en Palma, la II Fira del Mercat Social, una apuesta necesaria por otra economía, una que recupere el sentido originario del oikos, la raiz de la palabra economía, la «gestión de la casa» de todas y todos que es nuestro planeta y en nuestro caso, unas islas con un territorio y recursos limitados, y al tiempo con tremendas necesidades y desequilibrios sociales generados por el actual modelo económico. Porque cuando la lógica del negocio pone en riesgo el oikos, nuestra casa común, es que muy bien no vamos, por mucho que los indicadores macroeconómicos quieran hacer que lo parezca.
En estos últimos años se ha hablado también de la llamada «economía del bien común», y desde otras experiencias desde el campo de la solidaridad internacional, como el comercio justo, se viene insistiendo en la necesidad de criterios ecológicos y sociales en la producción tanto de alimentos como de commodities, así como de justicia en los intercambios comerciales entre países del Sur y del Norte y y entre productores e intermediarios.
Desde hace años, cantidad de empresas y entidades sociales sobre todo del llamado «tercer sector» ocupan a miles de trabajadoras y trabajadores en nuestra comunidad, en servicios que tienen que ver con cuestiones como la atención a las personas dependientes, la educación, la innovación o el medio ambiente, entre otras, y que escapan a la vorágine del monocultivo turístico y a las lógicas dominantes del mercado. Però no destacan ni en los periódicos «salmón» ni en portales como éste, precisamente porque a pesar de mover dinero y gente y sobre todo, de contribuir de manera demasiadas veces desinteresada a la comunidad, escapan a la lógica de negocio basado precisamente en el lucro y en la inmediatez. En definitiva: porque representan otra economía y en el fondo, otra manera de entender el mundo.
De entrada, una Feria está pensada para vendernos cosas. Pero la II Fira del Mercat social pretende hablarnos y dar a conocer lo que denominan «alternativas de consumo responsable». Dos términos, «consumo» y «responsable», que sólo con ponerlos uno junto al otro tienen la fuerza de hacernos pensar sobre la irracionalidad y compulsividad con la que muchas veces compramos, consumimos, malgastamos... Nos dejamos llevar por «modas» que esconden productos diseñados en base a una obsolescencia programada que no pretende otra cosa que compremos, usemos, tiremos, compremos... Sin pensar en las consecuencias e impactos de todo ello sobre el oikos, però sin pensar tampoco en cómo eso afecta a nuestro propio sentido de la responsabilidad, y al valor que le damos a las cosas.
El consumo es hoy más que nunca un acto político, como el decidir participar o no en una asociación de vecinos, una AMIPA, un sindicato o un partido. Y la II Fira del Mercat social una invitación a hacer de nosotras y nosotros mejores ciudadanos consumiendo de otra manera, pensando en la tierra, en la gente, y en el futuro. ¡Gracias por la iniciativa y por el compromiso!
