viernes. 26.04.2024

La producción de tabaco en Granada ha pasado de los ocho millones de kilos de hace una década a los 350.000 que se venderán este año por una rentabilidad que se esfuma, como lo hacen las ayudas europeas, y que merma a un sector que deposita su última calada en llegar a mercados de India o China.

 

Como el cigarro que se olvida sobre un cenicero y se consume poco a poco, así se esfuma también el futuro y la rentabilidad de un sector agrícola que pierde fuerza en Granada y que teme, una vez más, que la próxima campaña sea la última.

 

La Vega de Granada, la que universalizó con sus versos Federico García Lorca, dibujó su paisaje de construcciones de madera y ladrillo asociadas al cultivo de tabaco, un sector en declive que pelea por los precios y por un futuro que se esfuma.

 

Cristóbal Blanco, el gerente de SAT Tabaco, la única cooperativa que queda en la zona dedicada a la venta de este cultivo, ha detallado a Efe que la producción en el sector ha pasado en una década de los ocho millones de kilos a los alrededor de 350.000 cuya venta se negocia para este año.

 

Blanco ha explicado que el kilo de este cultivo, que en Granada se centra en exclusividad en la variedad Burley, se vende a 1,45 euros y que la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) pretendía reducir la compra a la mitad y llevarse solo 150.000 de los kilos que cultivan cerca de 90 agricultores.

 

"El cultivo y la venta de tabaco disminuye por la falta de rentabilidad, porque se han perdido las ayudas europeas y eso hace que el 65% de los agricultores no tengan margen de ganancias ni para contratar personal", ha apuntado Blanco.

 

Los secaderos de tabaco, que llegaron a contarse por miles en la zona, se consumen como los cigarrillos o se convierten en merenderos, bares o locales abandonados.

 

El secretario provincial de la COAG Granada, Miguel Monferrer, ha reconocido que el sector del tabaco está "de capa caída", cada vez con menos hectáreas de cultivo, unas 360 en la Vega, y también con menos opciones de futuro.

 

"Su cultivo desaparecerá aunque Europa demanda y necesita la variedad de tabaco que se cultiva en Granada", ha lamentado Monferrer, que ha achacado al estigma perjudicial de este cultivo su negro futuro.

 

El responsable de la COAG ha recalcado que los efectos negativos del consumo del tabaco han provocado que las ayudas europeas a estos cultivos se esfumen, "solo porque está mal visto", y ha reprochado que la Política Agraria Común (PAC) no apueste por conservar un sector que importa tabaco.

 

Monferrer y Blanco coinciden en pronosticar un solo año de vida más a este sector, que teme dar en 2017 su última calada, "porque Cetarsa no nos asegura unas ventas ni un futuro", ha apuntado el gerente de SAT Tabaco.

 

A pesar del humo negro que rodea al sector, España producirá esta campaña más de 30.700 toneladas, una cantidad que será un 5% inferior al ejercicio anterior, según los datos de la Organización Interprofesional del Tabaco de España (Oitab).

 

"Existe demanda, lo que fallan son los canales de comercialización", ha sentenciado Blanco, que ha apuntado que países de Europa del Este y otros más lejanos como India o China importan tabaco de la variedad Burley, lo que ofrecería una calada más al sector.

 

Para evitar que el cultivo de tabaco en Granada se esfume para siempre, SAT Tabaco continúa avanzando en cerrar acuerdos con terceros países a los que vender sus plantaciones como "la única opción" para evitar que el sector desperdicie recursos, como el cigarro que se apaga a medias.

El cultivo de tabaco, un sector que teme su última calada