Alrededor de siete de cada diez jóvenes con discapacidad (el 68%) está en paro y, de ellos, la mayoría son de larga duración, unas cifras que contrastan con las del resto de jóvenes donde el porcentaje de desempleo es del 46%.
Entre las causas que justifican este desfase se encuentra la menor tasa de acceso de este colectivo a estudios superiores, la falta de recursos y apoyos a la hora de afrontar la búsqueda de empleo o la persistencia de prejuicios y estereotipos como la sobreprotección o el desconocimiento.
Causas que siguen dificultando la inserción de personas con discapacidad en las empresas, según un informe realizado por la fundación Adecco mediante entrevistas a 600 jóvenes con discapacidad menores de 25 años, y que se ha elaborado con la ayuda de la empresa JYSK.
El nivel formativo de los desempleados con discapacidad continúa siendo inferior a la media general.
Así, un 8,2 por ciento tiene estudios universitarios, cifra que asciende hasta el 17,2 por ciento en el resto de la población.
Otro de los datos que destaca en el estudio es que un 40 por ciento de los universitarios con discapacidad se ha visto obligado a estudiar a distancia debido a la existencia de barreras arquitectónicas y psicológicas.
Ante estos datos, el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, advierte de que los millenials, es decir, los nacidos desde mediados de los años 80, son una generación "estratégica" para el mercado laboral dado que, debido al envejecimiento de la población, las nuevas cohortes no son suficientes para afrontar las prestaciones de los jubilados.
Por ello, advierte Mesonero, "es crucial estimular la participación de los jóvenes con discapacidad en el empleo" y asevera que España "no puede permitirse ser discriminatoria" y que "necesita el talento de los jóvenes con discapacidad para salir adelante".
