viernes. 19.04.2024

 

La economía española mantendrá un ritmo de crecimiento medio del 2,5% en los próximos cuatro años y se crearán más de 1,8 millones de empleos hasta prácticamente los 20 millones de ocupados en 2019, siempre que se mantenga "la política económica correcta" y "no se cometan errores", según el Gobierno.

 

Estas previsiones aparecen en el Programa de Estabilidad (2016-2019) aprobado hoy en el Consejo de Ministros y enviado a Bruselas.

 

Para el Ejecutivo en funciones estas previsiones sustentan y hacen creíble la senda de reducción del déficit público, que sitúa el desequilibrio fiscal por debajo del 3% el año próximo y en el 1,6% del PIB en 2019.

 

Según ha explicado el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, se trata de previsiones "prudentes y muy realistas" que se ven "especialmente fundamentadas" con el crecimiento del 0,8% del PIB en el primer trimestre que se ha conocido hoy.

 

De Guindos ha asegurado que el escenario "es perfectamente factible" si no se cometen "errores" en política económica y "continuamos haciendo las cosas correctas" .

 

El nuevo cuadro macroeconómico contempla la senda de evolución de la economía hasta el previsible final de la próxima legislatura (2019), ha recordado la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría.

 

En lo que se refiere al crecimiento económico, se estima que a finales de 2016 se recuperará el nivel de renta que tenía la economía española al comienzo de la crisis y a partir de ahí se consolidará un ritmo de crecimiento medio anual del 2,5% (2,7% en 2016, 2,4% en 2017 y 2,5% en 2018 y 2019).

 

Se proyecta una suave desaceleración en los dos primeros años derivada sobre todo de factores externos, como las dudas sobre el crecimiento de China, la caída de los precios de las materias primas y su efecto en los países emergentes, la volatilidad de los mercados o el agotamiento de los márgenes de actuación de la política monetaria.

 

El ritmo de crecimiento sostenido de la economía española que se prevé hasta 2019 se basa en la demanda interna, cuya aportación superará una media de 2,5 puntos.

 

Dentro de la demanda interna, la inversión crecerá en torno al 5% medio anual, con más fuerza en el caso de los bienes de equipo que en la construcción.

 

El consumo privado mantendrá un crecimiento en torno al 2,5%.

 

El sector exterior mejorará su aportación al crecimiento del PIB y pasará a estar en equilibrio a partir de 2018.

 

El ministro De Guindos ha subrayado el "cambio de modelo" al pasar de una economía basada en la construcción (que antes de la crisis suponía un 20% del PIB, y ahora es la mitad) a otra sustentada en la exportación de bienes y servicios, lo que es "mucho más estable" y menos dependiente de "vaivenes", ha dicho.

 

Así, se trata de un crecimiento "equilibrado" por un superávit por cuenta corriente que se hace "estructural" (un 1,7% del PIB en 2016, 1,5% en 2017, 1,6% en 2018 y 1,7% en 2019), frente al anterior "déficit estructural" en este capítulo.

 

Respecto de los socios de la zona euro, la previsión es que se mantenga un diferencial positivo de más de medio punto en el crecimiento a lo largo de estos años.

 

Sobre el empleo, el Gobierno espera que se prolongue igualmente el ciclo positivo que se inició hace dos años y que permite proyectar la recuperación de los niveles de ocupación que tenía la economía española antes de la crisis.

 

Para finales de 2019 está previsto alcanzar prácticamente los 20 millones de ocupados mediante un ritmo de crecimiento anual medio de unos 470.000 nuevos puestos de trabajo.

 

El número de parados se estima que bajará alrededor de 1,8 millones en estos cuatro años y la tasa de paro descenderá desde el 22,1% de 2015 hasta el 14% esperado para 2019, tras pasar por 19,9% en 2016, 17,9% en 2017 y 15,8% en 2018. 

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