sábado. 27.04.2024

El S&P espera a la Fed cerca de territorio 'record'

La mayor parte de las Bolsas ha respondido en esta segunda semana de junio a la idea con la que cerrábamos nuestro anterior comentario de estabilidad y ausencia de grandes sobresaltos, pero con la excepción de las Bolsas europeas.

 

Así, el Dow Jones ha subido un 0,3% en la semana, el S&P ha bajado un 0,15%, el Nikkei un 0,25% y el MSCI Emerging Markets en dólares subió un 0,9% en la semana, movimientos todos ellos muy suaves. Pero, sin embargo, el Eurostoxx ha tenido una caída algo más brusca, de casi un 3% en las cinco últimas sesiones. Por su lado, el FTSE de la Bolsa de Londres ha caído el 1,5% en la semana, pero si añadimos el 1,5% que se ha depreciado la libra respecto al euro, estamos igualmente en una caída semanal de un 3%.

 

La explicación hay que verla en los temores sobre el "Brexit" desatados por algunas encuestas publicadas en medios ingleses y asimismo en las repercusiones que para la zona euro y para Alemania en particular podría tener una nueva devaluación del yuan si la Fed decide finalmente subir los tipos en su reunión del próximo miércoles.

 

Esos dos temores se resumen en uno solo, a saber, el miedo a que la economía global entre en una nueva fase de desaceleración provocada por China y por la normalización de la política monetaria por la Fed, situación que se vería agravada y muy amplificada en caso de una eventual victoria del "leave" en el referéndum del 23 de junio en Inglaterra.

 

Este sería el "hilo conductor" que explica la extraña combinación de unos bonos soberanos cuyos tipos no paran de bajar (lo último es la "supernova" del bund con tipos ya al 0,01% y encaminándose a marchas forzadas a territorio negativo) y unas Bolsas europeas y japonesa que se hunden cada día un poquito más, acumulando el Eurostoxx un 10,9% de caída en lo que va de año y el Nikkei un 12,8%.

 

Sin embargo, esa explicación no sirve para entender por qué el S&P está casi en máximos históricos (el máximo histórico fue 2.132 puntos y estos últimos días hemos estado muy cerca de esa cota) mientras las Bolsas europea y japonesa han caído tanto en lo que va de año. Tampoco la combinación del Brexit y de la posible subida de tipos por la FED explica el hecho de que las materias primas estén en territorio de mercado alcista, tras una subida del 20% desde mínimos, con el crudo bastante asentado en el entorno de los 50 dólares barril, nivel impensable hace tan solo tres meses.

 

Una explicación alternativa puede ser la búsqueda desesperada de activos refugio o activos considerados como "seguros", búsqueda que podría justificar la fortaleza de los mercados americanos y también la de las materias primas y la del oro, que estos días vuelve a acercarse a los 1.300 dólares la onza. Al menos si creemos que las empresas americanas, el oro y las materias primas son percibidos como "activos seguros" por los inversores.

 

Podríamos también pensar que las Bolsas europeas y la japonesa caen más porque sus respectivas economías pueden verse mucho más afectadas que la economía norteamericana en el caso de que el yuan caiga de nuevo con intensidad si la FED sube tipos. Esto explicaría que el Dax haya caído con tanta fuerza y de forma tan diferencial respecto al S&P.

 

Sea como fuere, estamos ante un escenario que, como poco, podemos definir como extraño, raro, cuya lectura solo puede hacerse desde la dificultad de normalizar unas políticas monetarias que han estado demasiado tiempo fuera de su sitio.

 

El que los tipos de los T Bonds estén en los mínimos de los tres últimos años, los del Bund camino de territorio negativo y los de los bonos corporativos europeos sujetos a una nueva oleada de rebajas por las compras del BCE, nos señaliza una economía tendente a la deflación, lejos de conducirnos hacia un mundo de crecimiento e inflación. Los tipos cero llevan a una economía cero y los tipos negativos llevan a una economía en contracción. Ese es el mensaje que trasladan los tipos.

 

Nuestra lectura básica de los mercados es que la era del "inflamiento monetario" está llegando a su final aunque ese final puede prolongarse y estirarse mucho si los Bancos Centrales deciden prolongar su modelo hasta el extremo. No podemos saber con certeza si ese globo monetario va a estallar, ni cómo y cuándo lo va a hacer, si es que al final estalla. Pero, en nuestra opinión, prolongar el modelo es peligroso, además no funciona, y además va a empezar a generar mucho malestar en las familias, que ven como su ahorro no les rinde, y también en las empresas de calidad, que no ven claras las perspectivas y encima deben soportar la competencia de empresas "zombies" inviables que pelean por la cuota de mercado sostenidas por los artificios monetarios.

 

La Fed se va enfrentar esta semana de nuevo a sus propios dilemas. Si sube tipos el riesgo de un nuevo impacto en el yuan, activando nueva pata de caída como las de agosto de 2015 o enero de este año, es grande, con efecto negativo inmediato en las Bolsas, sobre todo europeas. Si no lo hace, es posible también que el dólar siga subiendo, por la acción del BCE y BoJ y, además, los riesgos de que aparezca la inflación en EEUU son cada vez mayores, en una economía con paro de solo el 5%, con incipientes tensiones salariales y con el petróleo y otras materias primas subiendo.

 

Igualmente se reúne el Banco de Japón un día después del comunicado de la FED, el jueves. El BoJ tiene también un problema ya que el yen ha subido un 15% desde su reunión de enero en la que pasó a los tipos negativos para los depósitos de los Bancos en el BoJ, y además el PIB del primer trimestre de la economía nipona fue mejor del esperado. Por tanto no parece que pueda tomar nuevas medidas expansivas en esta ocasión.

 

Además de las uniones de la Fed y del BoJ, hay algunos datos interesantes en la economía norteamericana, como las ventas minoristas (retail sales) y la producción industrial de mayo. También se publica la producción industrial de la zona euro y de Japón. Se publican además los IPC de Estados Unidos y de la zona euro, en los que será interesante ver el impacto de la subida del petróleo.

 

El S&P se mantiene muy bien y espera la reunión de la FED cerca de los máximos históricos de todos los tiempos, a pesar de haber perdido los 2.100 puntos el pasado viernes. En nuestra opinión la FED pospondrá una vez más la subida de tipos para tranquilizar a los mercados, en línea con lo avanzado por Yellen en su discurso del pasado lunes en Filadelfia. Una decisión que podría justificar a la vista del horroroso dato de empleo de mayo que se publicó el viernes 3 de junio, y a la vista de las fuertes turbulencias experimentadas estos últimos días por las Bolsas europeas y japonesa.

 

Pero aunque la FED no suba tipos esta vez, y aunque finalmente el Brexit no triunfe en el referéndum, los problemas de fondo no van a desaparecer. La economía de bajo crecimiento, "mediocre" como diría el FMI, seguirá ahí y seguirá poniendo un techo a las alegrías bursátiles. Esa es la lección que debemos extraer del mal comportamiento de las Bolsas europeas y japonesa a pesar de tener sus tipos de interés en negativo. Y eso es lo que nos recuerda, por ejemplo, el Banco Mundial, que el pasado miércoles revisó a la baja la estimación de crecimiento global.

 

Por eso, tras cuatro intentos fallidos de romper su "record" histórico", no vemos realmente al S&P con fuerza para esa ruptura al alza. Si finalmente el S&P rompiese máximos, por ejemplo por un rally de alivio si sale el "no" al Brexit, creemos que esa ruptura será breve y transitoria. A medio plazo, más bien pensamos en que el S&P y los índices americanos tenderán en algún momento de este verano a alinearse con el tono bajista de los mercados europeos.

El S&P espera a la Fed cerca de territorio 'record'