Después de unas segundas elecciones generales el panorama político en general no ha variado sustancialmente. Los ciudadanos han querido, por encima de todo expresar su diversidad de pensamiento y han dado una orden clara a los partidos. No hay ni habrá por ahora mayorías absolutas.
Esto nos lleva necesariamente a llamar al diálogo, a la capacidad mútua de comprensión, a la negociación, a renuncias pero también a conquistas.
El objetivo último ha de ser por encima de todo uno: el de la estabilidad. Ahora que, la situación económica está cambiando a mejor, que tenemos viento de cola para remontar, necesitamos que se den facilidades al crecimiento y que se genere confianza. Sólamente con un gobierno estable, con un pacto bien construido y transparente se podrá conseguir este objetivo.
Por ello se cierre el pacto o alianza que se cierre, desde el sector empresarial pedimos que se haga bién y sin fisuras y que se haga rápido. En este país tenemos muchas asignaturas pendientes aún y necesitamos alguien legitimado que tome decisiones.
El pequeño comercio también necesita de estas medidas. Así se lo hemos expuesto en los últimos dias a la mayoria de los partidos políticos que se han presentado por Baleares a estas elecciones.
Estas medidas pasan por proteger con hechos al pequeño comercio, mediante leyes y ayudas. Buena parte de la actual legislación comercial estatal nos desampara, nos perjudica, nos deja en desventaja ante las grandes operadores comerciales que se benefician de esta liberalización.
Estamos necesitados de una nueva legislación que tenga en cuenta de verdad el papel fundamental que los pequeños establecimientos juegan en los pueblos, en los barrios y en los centros de las ciudades. Garantizar su pervivencia es garantizar la vida, la cohesión social, la creación de empleo y de riqueza.
No nos jugamos poco en los próximos años y necesitamos políticos capaces de escuchar y de actuar, con consenso y con decisión en favor del pequeño comercio y de proximidad.
