Lo del macrocentro comercial de Ses Fontanelles va camino de convertirse en un culebrón de estos sudamericanos con una trama surrealista que parece que nunca se va a acabar. Ahora bién, no es una excepción en Mallorca. Hablar de urbanismo, de moratorias que vienen y van, de medidas cautelares, de contenciosos, de sentencias que tardan años y casi décadas en salir es el pan nuestro de cada día.
En esta ocasión le ha tocado a Playa de Palma. La justicia, siempre ecuánime e imparcial ha decidido resucitar el proyecto Palma Springs cuando prácticamente estava enterrado por parte de la administración pública.
Esto ha cogido con el paso cambiado, como sucede casi siempre en estas ocasiones, a los políticos de turno que ahora se pueden ver abocados a pasar por el aro de conceder una licencia de obras en contra de su voluntad, de sus ideas y de su conciencia.
Pero vayamos un poco más allá. Lo que nos preguntamos los mortales ignorantes de los entresijos de la ingenieria normativa urbanística es que como puede ser que una norma redactada y avalada por técnicos ahora la tumbe, ni que sea de forma parcial por parte de un juez. Yo particularmente no lo entiendo ni lo entenderé nunca.
Mientras, aflora de nuevo la guerra, hasta ahora de guerrillas entre diferentes sectores económicos y lobbys a cuenta de este gran proyecto de centro comercial que en estos momentos podría tramitarse de nuevo. Afedeco y Pimeco cierran filas con el Consell conscientes de que esta es la madre de todas las batallas. A ambas asociaciones les une la oposición a este proyecto. Hablan de consumo de territorio pero sobre todo de la presión del pequeño comercio de la zona.
Mientras hoteleros y promotores sueñan con ver ya las obras en marcha. Es otra de sus grandes apuestas por transformar la imagen de la Playa de Palma como un destino más urbanita y moderno.
Mientras ya surge la palabra especulación y con la brecha abierta la posibilidad que se le ocurrirá a más de uno de impulsar algun proyecto comercial más en la zona. Terrenos disponibles hay. Inversores interesados hay. ¿Habrá alguna sorpresa en los próximos meses?
Pero esto no ha acabado ni mucho menos. Los periodistas nos cansaremos aún de escribir del asunto que, de una manera u otra seguirá serpenteando por los saturados juzgados a la espera de una solución definitiva.
Mientras tanto los ciudadanos continuaremos pensando que las cosas se hacen mal, o que algo falla en el sistema o tal vez que falla el sistema entero. En fin que lo de la inseguridad jurídica que ha salido a la palestra es una verdad como un templo.
