jueves. 28.03.2024

 

El ejercicio 2015 ha marcado para la industria papelera el inicio de la recuperación del sector, que ha experimentado de nuevo un crecimiento del 2,6% en la producción papel y del 5,6% del consumo, una incipiente mejora que quiere consolidar apoyada en una mejora de la competitividad.

 

Para ello, el presidente de la patronal Aspapel, Enrique Isidro, ha reclamado políticas para reindustrializar España, un precio competitivo de la energía para la industria, el desarrollo de infraestructuras y una regulación que permita mejorar la logística y el transporte, así como mayor I+D+i.

 

A cierre de 2015, las importaciones de papel aumentaron un 2,3%, mientras que las exportaciones cayeron un 4,1% como consecuencia de la pérdida de competitividad derivada de la reforma energética. Así, por segundo año consecutivo bajaron las toneladas exportadas.

 

En cuanto a 2016, la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón sostiene que aunque los datos del primer trimestre apuntan a un crecimiento de la producción de papel del 4,7%, se ha detectado una clara desaceleración en el segundo trimestre.

 

De hecho, en el acumulado de los cinco primeros meses del año el crecimiento de la producción del papel se suaviza hasta el 2,6% debido a un aumento ligero del 0,6% en abril y a una caída del 1% en mayo.

 

Asimismo, Aspapel subraya que entre los seis grandes productores de papel de la Unión Europea, España es quien más crece.

 

Los papeles especiales (15,3%) y los higiénicos y sanitarios (9,2%) fueron los que registraron el mayor crecimiento en 2015. Por su parte, los papeles para usos gráficos (prensa e impresión y escritura) iniciaron la recuperación en el segundo trimestre de 2015 de forma que en el conjunto del ejercicio cayeron un 1,6%.

 

Los papeles para envases y embalajes subieron un 2% gracias al auge del comercio electrónico, mientras que la producción de celulosa cayó un 12% en 2015 por el severo ajuste de la capacidad con el cierre de una planta a finales del año anterior.

 

En el ejercicio 2015, el consumo de papel creció un 5,6% hasta las 6,6 millones de toneladas, una cifra que aún está lejos del récord histórico de 7,9 millones de toneladas que se registró en 2006.

 

El mayor crecimiento del consumo fue el de los papeles para embalajes.

 

Con todo ello, el consumo per cápita fue de 142 kilos, frente a los 135 el año anterior.

 

Las inversiones en el sector ascendieron a 177 millones, en línea con el año anterior, y para 2016 está previsto un desembolso de 228 millones, el 29% más. En los últimos 10 años, el sector papelero ha invertido casi 2.800 millones.

 

Además, la recogida de papel y cartón para reciclar creció en 2015 un 2,9% hasta los 4,6 millones de toneladas, acercándose al máximo de 5 millones, y el 80% de los residuos del proceso papelero se convirtieron de nuevo en recursos.

 

El sector cuenta con 16.320 empleos directos y 85.000 indirectos, 71 fábricas de papel y 10 de celulosa. 

El sector papelero vuelve a crecer