sábado. 20.04.2024

Niza: que el miedo no nos impida construir un futuro mejor

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El atentado de este fin de semana en Niza es un nuevo golpe de efecto del terrorismo fundamentalista y sobre todo, un duro golpe al corazón de Occidente y a Francia, que celebraba el día de la República y a pocos días de que su primer ministro, François Hollande, anunciase el despliegue de sus principales efectivos militares para "destruir" al "enemigo" que el pasado año atentó en París.

 

Vuelve a ganar el miedo, alimentado por las muertes sangrientas una y otra vez recreadas en unos medios de comunicación que siguen ignorando en general el caràcter global del fenómeno terrorista pero sobre todo sus interconexiones con la política, la economía, y los intereses que en definitiva lo han generado y lo siguen alimentando.

 

Un miedo que sigue creciendo en el viejo continente, y que tiene su reacción en el odio y el rechazo a quienes puedan asemejarse a los terroristas, y en sus representaciones políticas, llámense Le Pen, Liga Norte o Brexit. El miedo es el nuevo fantasma que recorre Europa, que se estremece cuando los muertos son tierra adentro, pero apenas se inmuta cuando miles mueren ahogados en el Mediterráneo, fruto de la misma irracionalidad, de la misma falta de humanidad.

 

A Europa le golpean un alma que empezó a languidecer cuando se olvidó de sus valores, de los derechos humanos, de su historia, de sus pueblos y de su gente. Por eso la mejor manera de luchar contra el terrorismo y el odio, dos males unidos por el miedo, es no tener miedo. No se puede vivir con miedo, porque vivir con miedo es morir en vida. Seguir trabajando por una Europa en paz y con derechos, por una Europa abierta y de acogida, intercultural y proactiva frente a las injusticias. Una Europa que una y que apetezca, que reconozca la diferencia y que no deje indiferente. Una referencia, no una incógnita.

 

Una Europa de paz, en la que todos y cada una de nosotros podamos recuperar nuestro futuro, que nos han robado los terrorismos y otras formas de violencia estructural. Los muertos de Niza merecen ese esfuerzo de nuestra parte, y no alimentar la espiral de la venganza, el miedo y de nuevo, el terror.

Niza: que el miedo no nos impida construir un futuro mejor
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